El poema de la culpa de José Ángel Buesa es tan hermoso, que el poeta tuvo luego, que escribir las respuestas de ella y la del otro, a este poema.
Siendo un poema en el que se le echa la culpa a Dios del pecado que se comete, me pareció injusto que no se le de a Dios la posibilidad de defenderse.
Por eso me permití escribir la que, para mí, sería la respuesta que Dios daría al pecador que escribe el poema.
Si se revisa entre mis últimos artículos, se podrá encontrar tanto el Poema de la culpa, como la respuesta de el otro y la respuesta de ella, a ese poema. Pongo a continuación, de mi autoría, la respuesta que a mi parecer daría Dios, al oír la queja del Poema de la culpa.
RESPUESTA DE DIOS, AL POEMA DE LA CULPA DE BUESA
JOSÉ FERNANDO GÓMEZ ROSALES
Tú la amaste y sentiste el placer de sus besos
sabiendo que en su cárcel de dulces embelesos
te perdías poco a poco con un placer extraño
sin importar siquiera si es que hacías algún daño.
Pensaste en la delicia de besar su cabello
como que si en la vida no hubiese algo más bello.
Pero era de otro hombre que también la quería
Y al besarla pecabas y tu alma se moría.
Fue tentación dulce que puse en tu camino,
para probar si tú eras capaz de tu destino.
Yo sé que te hice débil para esa tentación,
más tú volcaste en ella tu ardorosa pasión.
Ella era buena y dulce, era una inspiración,
era el más dulce sueño de cualquier corazón,
Y tú buscas culpable para tu loco amor
pues no quieres castigo por tu amargo dolor.
Yo sé que ella era bella, yo sé que la querías,
más el otro la amaba y era de él, lo sabías.
Y ahora yo soy culpable, por haberla hecho bella
o por haberte dado ojos sólo para ella.
Yo sé que es una fuerte tentación la que puse
Pero no te da fuerza para que eso te excuse.
¡Pon fuera de tu vida esa razón de amar
y aprende que lo ajeno lo debes respetar!
Soy misericordioso y así sé perdonar
cuando un alma perdida regresa a nuestro hogar.
Si te arrepientes salvas tu alma y la de ella,
y a mí me agrada el hombre que por virtud descuella.
Da ejemplo a tus hermanos, da ejemplo de valor
y vence con firmeza, integridad y amor.
Eres mi hijo y te amo, y ella me es muy querida,
yo quiero que tu mente lo que es tu bien decida.
Acepta que el destino dio rutas diferentes
… aparta tu camino de esos labios ardientes.