Parece increíble, pero las elecciones en Ecuador están devaluadas. Para marzo 2019 hay 80.281 candidatos. Si consideramos que en la segunda vuelta en 2017 hubo 9’895.407 votos válidos, esto significa que hay un candidato a alguna dignidad por cada 123 votantes (válidos), lo que representa el 0.8% (casi 1%) de los votantes válidos.
La población de Ecuador actual es aproximadamente 17.1 millones de habitantes. Tener 80.281 candidatos significa que tenemos 1 candidato por cada 213 habitantes, cerca del 0.5% de la población ecuatoriana.
Algo debe estar fundamentalmente equivocado con la Ley Electoral y en el manejo del Consejo Nacional Electoral (CNE).
Según diario El Universo del 24 febrero 2019, el 92% de los electores no conoce a los candidatos al Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPCCS). Ante esta situación, los líderes de la partidocracia antigua y del correismo presentan sus listas de candidatos al CPCCS preferidos, lo que significa que el CPCCS no es ajeno a los partidos políticos, como se pretende hacer creer.
¿Votar por alguien que de asambleísta empleaba a personas que ni siquiera asistían al trabajo, solo por decir que es anticorreista? Pero, si sabemos que debido a políticos corruptos del pasado apareció el correismo, que fue lo mismo del pasado con más cinismo y más prepotencia.
Algunos dicen que el voto nulo favorece al correismo, sin embargo, el voto nulo no favorece a ningún grupo, significa que no se cree en ninguno. Por ejemplo, en fútbol, ¿la lluvia desfavorece a un equipo o a los dos?
Si alguien no cree en el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, debe estar en contra, no de candidato. Y si es candidato, debe comprometerse a hacerlo desaparecer.
Tenemos candidatos que para justificar su presencia en múltiples organizaciones políticas dicen que ya no existe derecha o izquierda, que ya no existen ideologías. Por supuesto que para ellos no existen ideologías, ni derecha ni izquierda, ya que solo quieren que les den el voto y acaparar algo de poder.
Se quejan del CNE pero no lo reforman, pero se quejan cuando las cosas no están a su favor, como ahora se dice que cierto partido político tiene mayoría en el CNE y va a hacer fraude. Sin embargo, no se han preocupado por hacer cambios en el CNE mientras han sido consejeros de ese organismo.
Cuando increparon al CNE porque era necesario hacer cambios, dijeron que ya no había tiempo, que las elecciones tenían que darse. Es un cuento de no acabar, ya que ni antes ni después de las elecciones se hacen los cambios fundamentales necesarios.
Se quejan de los concursos de merecimiento para elegir autoridades, pero aceptan el tipo de educación en escuelas, colegios y universidades en los cuales los niños y jóvenes se acostumbran a un sistema en el que todos reclaman al profesor para que les suban la nota, donde se dan repetición de exámenes tras repetición de exámenes, calificaciones y recalificaciones, pero no se trata de cambiar ese sistema o no ser parte de él.
De manera similar, miembros de instituciones del Estado a órdenes del mandatario de turno, que durante la dictadura correista bajaron la cabeza, que fueron obedientes, no deliberantes, que aceptaron ese sistema corrupto, ahora quieren aparecer como héroes, luchadores contra la corrupción, cuando no lucharon sino que se sometieron y, por lo tanto, activamente o tácitamente participaron de la corrupción de la administración correista.
A muchos de ellos no los vi en las marchas contra el correismo en Quito, especialmente en el año 2016 cuando los uniformados dieron gas y palo a los manifestantes. Entonces, no eran luchadores contra la corrupción, sino que estaban convenientemente sometidos.
Nos dan múltiples explicaciones del por qué no se debe votar nulo, pero a ninguno de los candidatos al CPCCS le he escuchado decir que abogará por la desaparición de este organismo nefasto. Por supuesto, si alguien es candidato es porque quiere estar en ese organismo, aunque sea nocivo para la democracia ecuatoriana. Por supuesto, porque «la ideología ya no existe, es cosa del pasado». Ellos son el presente, pero el presente es igual al pasado, en el que se busca apoderarse de ese organismo y ya vimos que sirvió para perpetrar atracos contra la nación y mantener la impunidad.
Es urgente revisar y reformar la Ley Electoral, el Código de la Democracia y el CNE. Una Consulta popular sobre la desaparición del CPCCS también es urgente, gane quien gane. Los candidatos que creen en democracia deben estar por el «debut y despedida» del nuevo CPCCS.
Referencias:
Excelente análisis Carlos para ser diseminado en todos los medios de comunicación para generar una educación electoral en nuestros ciudadanos.
Muchas gracias estimado Milton. Un saludo cordial.