La eliminación de barreras comerciales es ciertamente la vía hacia el progreso económico de un país, pero una real apertura solo puede materializarse a través de una profesional e independiente administración de justicia. El nivel de apertura económica de un país es directamente proporcional a la reciprocidad que otros países deben ofrecerle en contrapartida. Resulta una quimera pretender que los mercados se abran para los productos y servicios ecuatorianos sin que el país ofrezca una apertura de igual envergadura.
Los países pequeños están obligados a explotar ventajas competitivas para volverse atractivos hacia inversiones provenientes de países más desarrollados que a su vez deben abrirse como contraparte al acceso permitido. Es de concluir, entonces, que aquellas necesarias ventajas competitivas no se generan por sí solas, como tampoco se producen al normar que ciertos elementos o servicios tengan sus ingresos restringidos al país.
El legislador ecuatoriano cometió un craso error al limitar el ingreso al país de componentes audiovisuales producidos en el exterior. Si nuestra producción nacional no estuviera al nivel de la extranjera, o radicalmente mejora para competir en igualdad de condiciones o simplemente debe buscar otros nichos en los que pudiera ser competitiva.
Los mercados no se dominan necesariamente por ser un país grande, como tampoco se sucumbe ante ellos por ser un país pequeño. El proteccionismo es una maldita utopía tercermundista propia de los Banana Republics. ¿Cuándo aprenderemos?
“ Proteccionismo “, que es eso? . Solo se protege la industria nacional cuando se libera el mercado para que esta compita y mejore y adquiera la tecnología de punta que se necesita para competir. Por que los precios y la calidad de la industria nacional no puede competir? Que se sepa, por el proteccionismo que le asegura un mercado nacional relativo por el que no tiene que competir y le niega el internacional donde no puede competir.