21 noviembre, 2024

Abdón Calderón Garaicoa, héroe nacional ecuatoriano

Recuerdo que con el nacimiento del partido comunista en el Ecuador, comienzan a cuestionarse los valores cívicos de ciudadanos de gran prestigio personal y valía por sus intervenciones, tanto nacionales como internacionales, a lo largo de la historia de nuestra vida republicana.

Se desvalorizo a Bolívar, a Rocafuerte, a Olmedo, a García Moreno, a Eloy Alfaro, a Arroyo del Río, a Velasco Ibarra, a Camilo Ponce, a los Drs. Arosemena, al Econ. Abdón Calderón Muñoz, a los Drs. Huerta (Tio y Sobrino), y a muchas damas políticas, también heroicas, en su momento histórico y presente. Ahora, el turno, le tocó al “Héroe Niño”: Abdón Calderón Garaicoa.

Se cuestiona su heroísmo, como teniente de Caballería del ejército libertario del Libertador de América, el Libertador Simón Bolívar y de su estratega genial, el entonces General Sucre -después ascendido a Mariscal-, (Antonio José de Sucre).

Los Partes de Guerra, mencionan la heroicidad del joven Abdon Zenon Calderón de Garaicoa, que cae normalmente herido por cuatro heridas, una en cada una de sus extremidades superiores e inferiores, en el campo de batalla.

Recogido por sus compañeros de Combate y trasladado a una hospital en Quito, pues, todavía tenía signos vitales.

Por supuesto, cinco días después de la Batalla del Pichincha sus heridas, bien pudieron gangrenarse y causarle la muerte.

El Arq. Elvin Hoyos, -¿“nuevo historiador vitalicio de la ciudad de Guayaquil”? -, escribe en el (tabloide), que edita el Diario EXPRESO -de la ciudad de Guayaquil, (Año 6, Número 305 del 2 de Junio/2019) y pone en duda la “relación testimonial” del Coronel Manuel Antonio López, que según -lo dice-, relata los 4 balazos recibidos por el “Héroe Niño”, en el campo de batalla. También, cuestionó al historiador Calle, de quien dice: “lleno de HIPÉRBOLES”, su historia”, … “haciendo que sus “Leyendas” del Tiempo Heroico”, se convirtieron en referente de lo que es el verdadero heroísmo en situaciones como la descrita”… “ Continúa: “… “lo dicho por el Coronel López, NO ES ENTERAMENTE CONFIABLE, porque es justo él, quien dijo que CALDERÓN murió en la Batalla del Pichincha….”. ¿Qué otra cosa podría decir, en el fragor de una batalla, viendo el cuerpo del Tte. Calderón, en el suelo y ensangrentado todo su cuerpo?. Porque razones el Arq. Hoyos pretende minimizar y desmitificar, la hazaña heroica del Tte. Abdón Calderón Garaicoa?. Sólo él podrá responderlo.

Continúa el Arq. Hoyos así:“…¿Cómo podía durar vivo este joven casi 14 días, con 4 heridas como las descritas, que deberían provocar una terrible hemorragia, difícilmente superable con los escasos medicamentos, y muy deficientes auxilios médicos de hace 200 años?..”

Veo que el Arq. Hoyos, no solo es historiador, sino también médico. Ni la madre de Abdón Calderón ni el Mariscal Sucre, se escapan de sus críticas y de alguna manera los considera responsables, por la carta de doña Manuela Garaicoa de Calderón, a Sucre, y la orden del Mariscal Sucre al hospital, de no amputarle el brazo al “chico”, quien terminaría falleciendo de gangrena.

No se si el Arq. Hoyos, es descendiente de héroes. Yo sí, por ser pariente no tan lejano del “Héroe Niño”, por ser bisnieto del Almirante Fco. Calderón Garaicoa, hermano del Héroe del Pichincha.

También, por ser bisnieto del Sargento Mayor de Caballería Juan Dario Calderon Gonzales, del ejército del Gral. ELoy Alfaro.

En la última batalla, con las fuerzas gubernamentales del Gobierno del Gral. Leonidas Plaza Gutiérrez, en CONE, donde mi bisabuelo cae mortalmente herido. Alfaro es capturado y llevado a Guayaquil, primeramente, con otros comandantes, como el Gral. Montero y otros, Lugartenientes de Alfaro también, y luego Alfaro trasladado a Quito al Panóptico. El Gral Montero, muere en manos de una turba urbana en Guayaquil. Una turba enloquecida , lo lanzó piso abajo, desde un Balcón de la Casa Municipal. Al Gral Alfaro, lo trasladaron por ferrocarril a la ciudad de Quito y quedó prisionero en el Panóptico.

Posteriormente, otra turba urbana, lo saco a la fuerza del Panóptico, lo lanzaron, igualmente piso abajo, y luego, lo arrastraron al Parecillo, donde finalmente, su cuerpo fue incinerado, y sus cenizas esparcidas….”.

Evento conocido histórica y literariamente, como “LA HOGUERA BÁRBARA”

Mi bisabuelo, el Mayor de Caballería, Juan Darío Calderón González, fue herido de bala, en esa batalla, en una de sus piernas, y recogido tres días después, por su asistente personal -de raza negra- que lo recogió y lo escondió en alguna casa humilde, por la persecución a los militares, seguidores de Alfaro, a quienes los eliminaron, de manera atroz.

A mi bisabuelo, también se le gangrenó la pierna, -lo se por testimonio de mi abuela, Ana Muñoz de Calderón, y se curó de la gangrena, metiendo la pierna en un balde de agua hirviendo.

Esos eran los métodos, utilizados en tal época, no sólo, por cuanto, no habían las medicinas para curar la gangrena, y si ya las hubiesen tenido, (para los años 1910/14), tampoco podía ir, a un hospital del Gobierno, por la persecución de la época a los Liberales partidarios del Gral Alfaro y del Gral Montero.

El tercer héroe -no militar y no reconocido como tal, por los gobiernos de turno y por la Ley de héroes del Ecuador, es mi tío, -hermano menor de mi mamá-, el Econ. Abdón Calderón Muñoz, quien ofrendó su vida, en su lucha política contra la dictadura militar de esa época, hace más de 35 años. Asesinato que se planificó, desde el Ministerio de Gobierno de esa Dictadura MIlitar, contratando una banda de delincuentes de la Universidad de Guayaquil, unos, otros no, que se habían introducido en sus aulas y se “apoderaron” literalmente de sus destinos académicos y directivos. Terminando temporalmente, su excelencia académica y direccional.

Delincuentes, que lo hirieron mortalmente, frente al Templo Masónico de la ciudad de Guayaquil, donde asistía, aquel dia, a dictar una conferencia, a sus “hermanos” Masones.

No es lo mismo, “juzgar” la historia, a través de los libros de otros historiadores y de otros testigos presenciales, que lo narrado por los propios actores de combate.

Adicionalmente, quiero referirme a los “Héroes del Cenepa” (año 1995), en el último enfrentamiento militar con nuestros vecinos del Sur, como así lo narra, el Tnte Coronel Eduardo Vergara Barros (hoy Coronel de Estado Mayor) y héroe Nacional, en su obra “TIWINTZA .HONOR Y GLORIA”, sobre LA GUERRA DEL CENEPA”.

En la misma, el Crnel. Barros, narra, la heroicidad del grupo que comandaba, en un lugar de la Cordillera del Cóndor, con una clima caluroso, frío, nublado y lluvioso, según los diversos días de la “Madre Naturaleza”, enfrentándose con un ejército, mayor en número y en “fuerza” (armas), con morteros, con un alcance de no más de 1000 metros frente al “enemigo”, (Los Rojos, los denominaban militarmente).

Con una “estrategia” del momento, enviando a las tropas ecuatorianas a los distintos cerros aledaños, cambiandolos de lugar, según la estrategia del Ejército Rojo.

Sin suficientes pertrechos y alimentos, sin tiendas de campañas, sin dormir dos o tres días, etc. Donde sólo el Heroísmo humano pudo resistir tales adversas condiciones, y salvar Tiwinza, que era el puesto militar, que aspiraban someter “Los Rojos”.

TAL ACTITUD, mantuvo intacto, el honor, la valentía y la heroicidad de este puñado de SOLDADOS, que gracias a Dios, salieron con vida la mayoría de ellos y fueron reconocidos posteriormente, sus méritos militares y humanos, a quienes lucharon en la “Guerra del Cenepa”.

“Ni un paso atrás”, era la consigna, que el ex Presidente Sixto Durán Ballén (+), utilizó en su Proclama, desde el Palacio de Carondelet, para mantener en alto, el honor y la defensa del territorio Patrio.

No desmitifiquemos la historia ecuatoriana. La niñez y la juventud actual lo requieren CON URGENCIA, ante -sobre todo- el aparecimiento de ideologías absurdas, que se quisieron imponer desde el poder, en la década pasada, y para la cual había primero que destruir los valores PATRIOS, -calificado de Burgueses, -hoy PELUCONES- a quienes no pensaban como ellos, desestimando el amor a la Patria y a sus Héroes Nacionales.

En mi época escolar, en el IPAC, mi tío, el Profesor Abelardo García Arrieta, todos los Lunes y los viernes, a primera hora en la mañana, nos encendía el espíritu cívico y patriótico, recordándonos la hazañas de los Héroes de la Independencia de la, ahora, REPÚBLICA DE EL ECUADOR, IGUALMENTE LO HACÍA EN REUNIONES CON LOS PADRES DE DE FAMILIA. También, para elevarles el ánimo, por la pérdida de gran parte del territorio ecuatoriano, después de la firma del “Protocolo de Río de Janeiro”.

No tiene sentido la “posición” histórica del Arq. Hoyos, minimizando y desvalorizando, tales actos y hechos heroicos, del único Héroe Nacional, que tenemos los ecuatorianos. ¿A qué oscuros intereses responde?. Sólo él lo podrá responder.

“!Salve oh Patria mil veces oh Patria!”…….

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