Robert Bork fue uno de los más brillantes juristas en la historia de los nominados para ocupar un asiento en la Corte Suprema de los EU. Fue propuesto por el presidente Reagan en 1987, pero vetado por el Senado (58 a 42) debido a su opinión personal, conocida a través de sus publicaciones jurídicas sobre temas considerados emblemáticos por la sociedad estadounidense.
La reciente votación de la Corte Constitucional (5 a 4) marca un precedente de inconstitucionalidad en su decisión de aprobar el matrimonio igualitario al violentar la Constitución en su artículo 67, que no es interpretable y dispone que “Elmatrimonio es la unión entre hombre y mujer, …”. El tema jamás debió ser admitido por el máximo organismo, más allá de que dos de sus jueces, eventualmente flagrantes violadores de la Carta Magna, abiertamente promovían a los GLBTI. Sus convicciones personales estuvieron por encima de la ley y cuando menos debieron excusarse. La votación de los desnaturalizados jueces es probablemente uno de los resultados de la gradual descomposición del tejido social de la nación.
Luego de renunciar a su cargo de juez en 1988, Bork continuó su carrera como un respetable y referente jurisconsulto hasta su deceso en 2012. Al contrario de lo acontecido con el estadounidense, los jueces ecuatorianos difícilmente escaparán de su virtual anonimato. La historia recogerá que su casi nula contribución jurídica trascenderá por sus matices controversiales, mas no por sus méritos académicos. ¿Quién protege a la sociedad de su autoflagelo?
Seguramente su «encomiable contribucion» a las libertades civiles les valdra para algun cargo publico mas adelante o quizas candidato para el pais de Alicia .
Se gastaron millones y tiempo valioso en Montecristi. Como ya es pasado, esta pisado.
Y a nosotros que? seguiremos viendo pasar las aves de un lado a otro…