De manera frecuente, así políticos como dirigentes sindicales y empresariales —e incluso ciertos analistas de temas relacionados con la economía— suelen señalar a la creación de empleo como objetivo de las políticas del gobierno. Y de tanto utilizar ese argumento, más como manifestación de un deseo, antes que para convertirlo en tesis del necesario debate respecto a la realidad del mercado laboral, la cuestión del empleo ha terminado siendo una especie de consigna vacía y alejada de lo pragmático.
Entonces lo diré de partida: el problema no es crear empleo; el problema es crear producción. Es que sin producción —verdad de Perogrullo— no hay empleo.
Me explicaré:
(1) El Estado y los particulares son los únicos oferentes de puestos de trabajo.
El primero lo hace a través de cargos públicos: desde policías y militares, a maestros; desde personal médico y paramédico, a burócratas de nivel parroquial, cantonal, provincial y nacional; desde operadores de servicios básicos, hasta la industria petrolera. Etcétera. Y los empleos a cargo de particulares, son los que se generan por el funcionamiento de empresas de todo tamaño, incluyendo emprendimientos, que se constituyen para producir bienes y servicios destinados al consumo doméstico y foráneo. Este último es el empleo productivo por excelencia.
(2) Todo empleo que crea el Estado, es financiado por los impuestos que pagan los particulares, entre ellos, fundamentalmente empresas y emprendimientos. Y cada uno de esos puestos de trabajo demanda para sostenerse, no solo el sueldo que deben percibir, sino edificios, vehículos para movilizarse (más seguros, combustibles y mantenimiento), a los que se deben agregar los beneficios sociales. El Presupuesto del Estado ha estimado en más de US $ 9.300 millones, el gasto de personal. Esto quiere decir que al mes, aproximadamente 800 millones deben ser destinados únicamente al pago de sueldos, (casi 27 millones por día).
(3) ¿Cómo financia el Estado el pago de sueldos y salarios del sector público? La respuesta es sencilla: lo hace recaudando tributos. Por eso es que cada puesto de trabajo que se crea en el sector público, significa disminuirle ingresos a la población; es decir, restarle posibilidades de acceder a mejores niveles de vida, incluyendo su capacidad de consumo.
(4) Cuando la población disminuye su capacidad de consumir, las empresas venden menos. Y cuando las empresas venden menos, no pueden producir más; entonces su demanda de empleos baja. Esto en el mejor de los casos; pero si la situación se vuelve crítica, hay despidos. Se pierden empleos. Aumenta el desempleo.
(5) El crecimiento del empleo público no siempre es indeseable. El Estado debe crecer para proveer servicios públicos de calidad; para atender a la población especialmente a los segmentos que registran mayores grados de vulnerabilidad, en sus
Por: Enrique Macías Chávez’
necesidades de asistencia médica y educación; así como para garantizar la seguridad pública. Ese crecimiento nada tiene que ver con el que se deriva de la pretensión de llenar edificios inmensos como las Plataformas que el anterior gobierno construyó en Quito, de burócratas. Cada dólar que demanda mantener esas edificaciones, dotarlas de servicios y rellenarlas de viceministros, subsecretarios, directores y subdirectores, jefes y subjefes, al final termina siendo arrebatado a la producción.
Claro, el efecto es innegable. El Estado —como ocurre desde la década pasada— sigue creando empleo, incluso a despecho de la cacareada disminución del gasto público que voceros gubernamentales dicen haber realizado. Y para sostener eso, no tienen empacho en plantearse la creación de nuevos impuestos y de recurrir a mayor endeudamiento, afectando todavía más a la producción.
Los pronósticos más optimistas fijan en menos del 1% el crecimiento del PIB para 2019. Con esa tasa tan magra de crecimiento de la producción —porque eso es lo que mide el PIB— el mercado laboral continuará deprimido; y no habrá creación de empleo. Habrá más desempleo, menos consumo, y menos oferta de bienes y servicios en los mercados
Es la producción el problema. Si se lo soluciona, el empleo llegará por añadidura.
MUY BUEN ENFOQUE. PARA CREAR EMPLEOS EL ESTADO DEBE APOYAR A LOS EMPRENDEDORES. POR MUY PEQUEÑO QUE SEA EL EMPRENDIMIENTO REQUERIRÁ MANO DE OBRA. Y LA OTRA TAREA DEL EJECUTIVO SERÁ REDUCIR LA BUROCRACIA. POR QUÉ NO CREAR UN FONDO PARA QUE SE FORMEN COOPERATIVAS DE PRODUCCIÓN INTEGRADAS POR PERSONAL DESPEDIDO DE LAS INSTITUCIONES ESTATALES, EN VEZ DE LOS BONOS? CREO QUE SERÍA UN FORMA JUSTA Y HUMANA PARA REDUCIR LA BUROCRACIA.
MÁS CLARO NO CANTA UN GALLO,
PARA SERVIR AL CIUDADANO EL GOBIERNO NO DEBE COMPRAR, CONTRATAR NI INTERVENIR, DEBERÍA SOLAMENTE CONCESIONAR Y SI UNA EMPRESA O GRUPO EMPRESARIAL ADQUIERE DOMINIO DEL MERCADO Y ABUSA DEL CONSUMIDOR (QUE SOMOS TODOS) DEBERÍA LIBERAR LA IMPORTACIÓN DE LO QUE PRODUCE EL ABUSADOR.
EL ESTADO DEBE PROVEER SEGURIDAD PERSONAL Y JURÍDICA Y PROTEGER EL MEDIO AMBIENTE.
SALUDOS.