Pablo, fue para mi un referente de vida, por sus cualidades personales y por sus virtudes como ser humano.
Fuimos compañeros en el Colegio Javier y luego en la Universidad, donde estudiamos la carrera de Derecho. Fue, como deportista, el mejor, en los deportes que practicó en el colegio: en futbol, en básquet, en béisbol y sobre todo en tenis. En los años de adulto practico el golf.
Desde sus inicios en la Universidad, trabajó en la empresa CATERPILLAR de propiedad de los señores Rosales.
Estudiabamos en casa de sus padres, todas las noches. Al salir de la Universidad, me llevaba a mi casa, de ahí iba a visitar a Vicky, su enamorada, media hora, y luego me recogía, -yo vivía a pocas cuadras del domicilio de Vicky, que lo tenía en el edificio de la calle Boyacá y Vélez, donde vivían todas las familias Plaza y los Merino- y luego, íbamos a su casa, a estudiar hasta las 11 p.m., que me llevaba nuevamente de regreso a mi casa.
Don Javier Rosales, Gerente General de Caterpillar, fue un pionero de la pesca blanca en Guayaquil. Él trajo a los primeros portugueses a Guayaquil, quienes eran los únicos navegantes y Patrones Costaneros que conocían de estas artes, en aquellos años. Don Javier Rosales, le solicitó la supervisión de la construcción de esas naves, (3), al sur de la ciudad, (donde quedaban los astilleros en esos años).
Pablo, estaba en dicho lugar a las 6am y luego, en su vehículo iba a la Facultad de Derecho a clases, que en esa época empezaban a las 7am. Jamás llegó tarde a clases. Quince minutos antes de las 9 a.m. se retiraba para ir a las oficinas de Caterpillar, empresa en la que trabajó por muchos años, hasta llegar a ocupar el puesto de Gerente General de la misma, empresa en la que se jubiló.
Posteriormente, Pablo y sus hermanos Gabriel y Clemente, incursionaron en la siembra y exportación de Camarones.
Las camaroneras estaban ubicados a unos 45 km de Guayaquil, en el sitio denominado Garzal. Pablo se encargaba del cuidado y cultivo de las piscinas de camarones y sus hermanos, de la comercialización de la pesca y de su exportación. La empresa comercializadora funcionaba en Duran, detrás de la Isla Santay.
Pablo iba y regresaba a su casa, todos los días.
Lamentablemente, la “Mancha Blanca” un virus, provenientes desde Panamá, primero infecto las camaroneras colombianas y luego a las camaroneras ecuatorianas. Este virus viajaba por aire con los vientos marino-costeros.
El virus afectó a muchos camaroneros y muchas propiedades quebraron, aún cuando, con mucho esfuerzo económico, y con técnicos, generalmente japoneses, lograron erradicar esta plaga y volvieron a sembrar en sus piscinas.
Pablo fue Presidente de la Asociación de Camarones del Ecuador.
Al frente de esta utilidad gremial, le tocó afrontar serios problemas del gremio que presidía, con los importadores de camarón de los EEUU (USA), por cuanto, consideraban que los camarones ecuatorianos recibían prebendas y privilegios del gobierno ecuatoriano y por ello producían tanto camarón y, a un precio más bajo, afectando a la competencia. Aspecto que era considerado como dumping. Con el patrocinio del Dr. Emilio Romero Parducci, como su Abogado en el Patrocinio de esta causa, logró demostrar a los importadores americanos, que no recibían ningún subsidio del Estado ecuatoriano. Se trataba sólamente de una buena técnica en el cultivo, tamaño y buen sabor del camarón ecuatoriano. La situación se normalizo y los camaroneros ecuatorianos, siguieron produciendo y exportando.
Pablo, se retiró de esa actividad y luego formó una empresa particular, dedicada a normar las relaciones de las empleadas domésticas con sus patronos.
Esta empresa funcionaba como un “Reloj Suizo”. Cada cliente (patrono), tenía su carpeta individual, donde se archivaba el contrato de trabajo, se anotaban los horarios y horas extras, los sueldos mensuales de tales empleadas/os, sus vacaciones anuales, y los décimos pagados por los patronos y recibidos por ellas/os. Cada carpeta contenía una hoja y su detalle, para cada obligación, que eran suscritas por el patrono y el/la susodicho/a empleado/a.
Esta empresa la compartía con una socia, que lo acompañó, hasta un año antes de su muerte, que se retiró, para formar una empresa similar.
Ante esta circunstancia, Pablo tuvo que redoblar sus esfuerzos. Pablo ya se había realizado una operación coronaria unos tres años atrás, que se la realizó en los EE.UU (USA).
Pablo, tuvo un matrimonio feliz, amaba a su esposa, -su primera y única enamorada- y sobre todo a sus dos únicas hijas, que eran su adoración.
En la urbanización donde construyó su villa, también les construyó una villa para cada hija, como regalo de bodas, y por supuesto, daba la vida por sus nietos, como todos los abuelos.
Ya sólo, con la nueva situación en su empresa, y con la ayuda de una joven Abogada, tuvo que redoblar sus esfuerzos personales en la Dirección de la misma, situación que, -presumo-, le causó un infarto cerebral, que lo mantuvo en terapia intensiva por unos diez días, de cuya situación mejoró, a tal punto que fue dado de alta. Dos días después, ya en su casa, un nuevo infarto terminó definitivamente con su vida. Era el día 5 de Febrero del 2018.
Este apretado resumen de la vida de Pablo, sentí muchas ganas de decírselo en su velorio y lo dije. Vicky y sus hijas y yernos, me lo agradecieron, al igual que muchos de sus allegados y amigos y ex trabajadores que lo despidieron en el cementerio Parque de la Paz.
Fue un discurso improvisado y he tenido que transcribirlo por pedido de Vicky y sus hijas.
Pablo, se nos adelantó, sin tiempo a despedirse de sus familiares y amigos. Seguro estoy que estará gozando de la Gracia de Dios.
Le pedimos que desde el cielo, nos oriente, nos cuide y nos ilumine para, algún día, reunirnos nuevamente con él, junto con sus padres, sus familiares y amigos, allá donde está.
Descansa en Paz.
Lindas y emotivas palabras Pincho, de ley que de te quedó mucho de «pollo jumo» en el tintero, pues Pablo era un amigo a «todo dar»
Hoy hubiera cumplido 75 años
Hago votos porque renovemos su recuerdo y su amistad
Se nos adelanto y espero verlo allá en la eternidad
Extraordinario artículo, Pincho!
Muy buena descrpción de la vida de Pablo.
Un fuerte abrazo
Jose Fernando
Precioso artículo, Pincho Maravillosa descripción de la vida de Pablo!
Muy, muy sentida! y muy real!
Felicitaciones y gracias por traer a la memoria los maravillosos momentos que vivimos junto a él
Te felicitp!
José Fernando
Yo lo conocí muy de cerca, ya que era mi padrino de pila, muchas veces estuvimos en la camioneta de Caterpillar junto a su novia Victoria en ese entonces, yo recuerdo mucho y lo añoro, mi padrino Pablo me compraba discos del grupo los iracundo, porque me gustaba a mi corta edad, y recuerdo que en salinas íbamos a la estancia Fanny, y cuando pasaban vendedores de ostiones nos servíamos, y también le gustaba abrir latas de sardinas la colocaba en una bandeja y nos servíamos en la galería de la casa sólo los dos, yo habré tenido unos 7 años sino me equivoco. Lo recuerdo mucho, linda persona