Desde décadas atrás. Cada año se eligen los abanderados, portaestandartes y escoltas en los Planteles educativos, entre los alumnos de mayores promedios en aprovechamiento y conducta; hasta que normas dictadas en el 2015 (instructivo) , entra en vigencia el Acuerdo 180-11 y el Art. 180 del Reglamento de la Ley Orgánica de Educación Intercultural (reformada en el 2012) , en que se incluye como requisito “Haber entregado, en la Secretaria del Plantel, copias legalizadas de los pases de año y registros de calificaciones desde segundo a séptimo grado de Educación General Básica” o primero a sexto grados anterior.
Algo insólito, que está fuera de los cánones didácticos realizar esa evaluación global – que es antipedagógica y contraproducente -No puede entrar en el mismo rango la evaluación de un infante, con la de un púber y/o adolescente – seres de diferentes dimensiones sico-fisiológicas, que reciben también enseñanza con didácticas diferentes: de lo lúdico sensorial, al académico.
Todo ello, difícil de imbricarlo en un solo referente.
De ahí que la elección debe ser entre los estudiantes de Tercer Año de Bachillerato, que hayan logrado el más alto puntaje al promediar las notas finales de aprovechamiento de Octavo, Noveno y Décimo Grado de Educación General Básica, más Primero y Segundo Año de Bachillerato.
Y así nos evitaríamos tantas circunstancias, por ejemplo: cuantos excelentes alumnos del Bachillerato, que no pueden competir porque no tienen notas de los grados de básica elemental (2º, 3º, 4º), porque sus padres no guardaron los certificados o no pueden conseguirlos por establecimientos cerrados o cambio de país, etc. etc.
Ahora que creemos vivir nuevos horizontes gubernamentales, en que la educación nacional debe también ser tomada en cuenta, entre tantos aspectos: La elección de abanderados de los Colegios, debe ser rediseñada; devolviéndole la valía en su parte substancial, como el derecho de llevar dichos emblemas a los mejores estudiantes que han cruzado todos sus estudios secundarios en el Plantel.
Aquí vale la pena mencionar lo que suele, a veces, suceder; que salen elegidos estudiantes que han ingresado recién al Segundo o Tercer año de Bachillerato, después de transitar por algunos colegios y con sus notas, por décimas , le ganan el alto honor de ser abanderado en su colegio a un alumno que desde octavo es el mejor en aprovechamiento en el Plantel y por supuesto con buen comportamiento (requisito eliminado en el actual régimen)
“Por la paz del mundo”