24 noviembre, 2024

¡Disculpen, son 28 años de democracia, no 40!

De los titulares de “40 años de democracia”, lo increíble es que, cuando el Ecuador sufrió la peor dictadura anti soberana y corrupta de la historia republicana y más violenta que las dictaduras-militares-blandas de los 60 y 70 que trabajaron por el país, nos realicen un curetaje-cerebral y perdamos la memoria como los revolucionarios, Assange, ¿quién también será?

Si vivió 6 años 9 meses haciendo fraudes electorales y atacando a las democracias en pro del totalitarismo mundial desde nuestra embajada en Londres, con el visto bueno del dictador Correa, Patiño, Long y Espinosa.

Se tomaron la Justicia, la Asamblea, el CNE, las instituciones (hasta el día de hoy y tenemos un fiasco de Estado de derecho), callaron y clausuraron a la prensa, persiguieron y encarcelaron con la criminal SENAIN. Más de 30 generales fueron descabezados por decir no al criminal modelo del Foro de S. Paulo, debieron enfrentar al déspota con la Constitución en la mano, el inquilino de Carondelet y todos estamos obligados a respetarla.

Ningún civil, policía o militar debe obedecer “órdenes ilegítimas o inconstitucionales contra ninguna institución o persona”. Los civiles, policías y militares somos veedores y garantes de la democracia. Vivimos 28 años de democracia, “10 de dictadura electoral violenta con careta de democracia del SSXXI” y 2 años “perdidos para la democracia” o “ganados para la dictadura-socialista”. L. Moreno es democrático pero el cordón umbilical de la corrupción y el poder de la “35-correísta-morenista” los liga en el Reino de la Impunidad, sin castigo los abusos de la SENAIN (el SEBIN en Venezuela), etc. Correa y su banda dirán que violaron sus derechos, “elevándolos a mártires y héroes”, y otritos en el poder con amarres, se impondrán en el 2021 con su totalitarismo-corrupto, ¿taimado o violento?

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Esta expresión guayaquileña no tiene nada que ver con el regionalismo. Ha sido usada muchas veces por los costeños, principalmente de Guayaquil, para designar a las personas que están en contra de lo que la mayoría decide.

Esta vez yo tengo que declararme como Pichincha en contra, pues no estoy de acuerdo con lo que realizamos el pasado sábado 7 de mayo. Considero que democracia no es la mitad más uno, sino el respeto a todos los ciudadanos, los que piensan como yo y los que piensan diferente. El respeto a lo que digo, pienso o hago, mientras yo esté respetando los derechos de los demás, es la base de lo que considero que debe ser la democracia.

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