José María Antepara Arenaza es el prócer de la Independencia de Guayaquil menos investigado, sobre su vida se conoce muy poco. Radicado en Méjico, se había involucrado con el movimiento revolucionario de Nueva España. Merece estar entre los grandes. El libro Cartas de Fray Vicente Solano (sacerdote y escritor cuencano) publicado en 1906, reproduce las dirigidas a José María Laso. En la del 2 de febrero, 1842, Solano escribe: “En cuanto a su duda acerca de los hombres ilustres de Guayaquil, supuesto que usted quisiera que lo nombrase al menos tres, voy a satisfacerle[…]Cuando estuve en Quito, muy joven, leí un excelente elogio de un tal Antepara, guayaquileño, escrito por el sabio granadino Don Francisco Caldas[…]nos haría conocer a este ilustre guayaquileño desconocido y olvidado por sus compatriotas: no consta en el Semanario del Nuevo Reino de Granada, al menos en la edición de París, 1849. Ni Cevallos, ni Herrera, ni Campos han hecho mención en Antepara, sobre quien por lo tanto queda abierta una patriótica investigación”. Han pasado 176 años y nada se ha hecho. Muy lamentable.
Vicente Rocafuerte y José Joaquín Olmedo no fueron los únicos guayaquileños que visitaron Londres. Antepara lo hizo antes,1809. No viajó representando a ningún país, como sus compatriotas, fue por negocios, era empresario. Allá, amigos le sugirieron que leyera los escritos de Francisco Miranda sobre su visión del futuro de la América española publicados en el Edinburgh Review. Antepara había escuchado de él, pues desde 1785 se había convertido en precursor de las independencias de la América española y las noticias probablemente llegaron a Méjico. Por esa fecha el primer centro de conspiración de patriotas hispanoamericanos era Londres; luego Filadelfia donde Rocafuerte tuvo un rol muy importante. Cuando salió de Guayaquil para unirse a las Cortes de Cádiz,1812, su primera parada fue Londres. ¿Qué fue a hacer allí? Seguramente contactar revolucionarios, y es donde él traduce al inglés el discurso de Olmedo, sobre las mitas y publica una versión en español con una nota introductoria.
El diario londinense Morning Chronicle del 20 de agosto, 1785, por primera vez asocia a Miranda con la idea de la independencia de Hispanoamérica. El 14 de febrero, 1790, propone formalmente al Primer Ministro William Peet para que ayude a liberar a su región: “La América española desea que la Inglaterra le ayude a sacudir la opresión infame en que la España la tiene constituida; negando a sus naturales de todas clases el que puedan obtener empleos militares, civiles o eclesiásticos de alguna consideración, y confiriéndolos sólo a españoles europeos de baja esfera por lo general, que vienen allí únicamente para enriquecerse, ultrajar, y oprimir los infelices habitantes, con una rapacidad increíble, prohibiendo aun a la nobleza americana, el que pase a España ni a ningún otro país extranjero, sin licencia particular del Rey, que rarísima vez se concede; verificándose así el tenerlos aprisionados sin causa ni motivo alguno, y lo que es más aún, oprimir también en entendimiento, con el infame tribunal de la Inquisición, que prohíbe cuantos libros o publicación útil parezca, capaz de ilustrar el entendimiento humano, que así procuran degradar, haciéndole supersticioso, humilde y despreciable, por pura crasa ignorancia”. Su nombre está en el Arco del Triunfo de París por participar en la Revolución Francesa. Viajero incansable con gran experiencia militar, se apasionó por liberar a las colonias españolas en América.
Antepara hizo estrecha amistad con Miranda; cuando le propuso publicar un libro sobre su pensamiento político le facilitó toda la información. La obra se escribió en inglés y francés a 1810: Emancipación suramericana. Documentos, históricos y explicativos, que muestran los proyectos que están en curso y los esfuerzos hechos por el general Miranda durante los últimos veinticinco años para la consecución de este objetivo. La traducción al español tomó 200 años, fue publicada en 2009 con motivo del Bicentenario de Venezuela. Guayaquil está en deuda con Antepara, por haber ignorado lo que bien podría ser una filosofía de acción independentista.
Antepara anotó, que era natural conocer a Miranda porque coincidían sus ideas de dar libertad y felicidad a sus pueblos. Antepara comentó sobre las delegaciones de hispanoamericanos, como la de Méjico, que lo visitaban a fin de informarse de sus planes para lograr la Independencia de tan vasta región. Miranda fue vocero de ideas liberales. En el citado libro afirma: “… la libertad sólo puede consistir en poder hacer lo que uno debe querer y en no estar obligado a hacer lo que uno no debe.” Para Miranda la Independencia de nuestra región no sería como la estadounidense donde se había creado una república democrática y aristocrática. Y hacía allá deberían aportar los futuros próceres para evitar crear “el establecimiento de una grande monarquía”. Después de leer todos sus logros, Antepara concluyó que no podía adoptar un plan más completo para liberarse las colonias españolas; se debía imprimir y difundir el trabajo de Miranda. ¿Por qué no se tradujo al español para que llegara a la América española? Cuando Antepara regresó a Guayaquil, ¿la compartió con los futuros próceres?
Antepara se anticipó cerca de 20 años a Rocafuerte, en participar en los movimientos revolucionarios mejicanos. Peleó junto a Miranda en Venezuela, donde el último fue capturado en 1812; Antepara logró evadir su prisión y regresó a Londres. Su participación en el 9 de octubre de 1820 parecería ser más importante que lo escrito en nuestros libros de historia. Fue secretario de la Junta de Gobierno creada en noviembre de 1820 y presidida por Olmedo. Se cree que ayudó a Olmedo en la redacción del Reglamento Provisorio, primera Constitución de Ecuador. Antepara fue el único prócer de Guayaquil que falleció en batalla, en el segundo Huachi. Hay mucho por descubrir de este insigne guayaquileño.