El país requiere emprender su fortalecimiento institucional a través de la eliminación del Consejo de Participación Ciudadana, creada para ejercer control político desde Carondelet; promover el surgimiento de una Fiscalía independiente, esencial en la lucha anticorrupción; e, implantar una bicameralidad legislativa, fundamental para un debate de peso y valores. La Consulta Popular es un primer paso en ese sentido y no es excluyente de la necesidad de establecer una Asamblea Constituyente que redacte una nueva y genuina Carta Magna.
La descomposición política nacional se ve una vez más reflejada en el intento del Ejecutivo y su mayoría en el Legislativo por frenar el interés ciudadano por convocar a una Consulta pro institucionalización del Estado. Las evidencias de la mayor hecatombe social, política y económica producida en la era republicana de 189 años están resumidas en los resultados de los últimos 12, pero sus responsables se aferran a mantener un statu quo de obsolescencia por miedo a enfrentar un futuro del que simplemente no pueden ser parte vinculante.
Resulta inconcebible que el autodenominado Gobierno de transición, bajo el argumento de los previsibles resultados en el plazo inmediato, no haya emprendido la cimentación de una verdadera reestructuración económica. Su encubierta oposición a la Consulta mantiene una línea cortoplacista y congruente con la obtusa racionalidad de un gobernante desprovisto del carácter, visión y preparación necesarios para enfrentar los retos que el destino le deparó.
Razonamiento lógico, motivado de Gonzalo Zurita . El C de Participación Ciudadano, ente burocrático.debe desaparecer. Necesaria Consulta Popular pro fortalecer instituciones democráticas del Estado. : Descentralización Política, pro Competencias Regionales, anti forma de gobierno unitaria Centralista colonialista del pasado.