Inteligencia Artificial… ¿robo de información?

Se ha dado cuenta usted estimado amigo que cuando se acerca a cancelar su cuenta en cualquier centro comercial, el dependiente lo reconoce a usted simple y llanamente por su número de cédula, a través de dicho registro sabe su nombre, apellidos, dirección domiciliaria, teléfono, estado civil, su historia de compras, en fin, todo lo que la base informática le permite. Le pregunta luego el joven si usted desea que le incluya en su factura los mismos datos… ¿los mismos datos de qué?, pues los que constan en la base que el sistema informático de esa empresa utiliza y que está conectado a la del SRI o del Ministerio de Finanzas o cualquier otra… Lo mismo ocurre cuando va a comprar gasolina en cualquier estación del país… Es más, en ocasiones pueden llamarlo los ejecutivos de una tarjeta de crédito y decirle que en Europa, en tal o cual ciudad alguien intenta comprar con su tarjeta, para que usted niegue la compra tal cual, pues el sistema INTELIGENTE lo detecta…

¿Sistema inteligente?… nos preguntamos…

Es también común que luego de comprar un pasaje aéreo por cualquier empresa dedicada a estos menesteres por lo que ha dado por llamarse “pay pal”, a los escasos veinte minutos ya está recibiendo por correo electrónico ofertas de hoteles, diversiones y restaurantes… ¡en la misma ciudad y país para el cual usted compró el pasaje?… ¿cómo saben que me voy de viaje, y a tal o cual lugar?, se pregunta. Pues simple y sencillo, los sistemas inteligentes han avanzado tanto que pueden detectar… ¡sus necesidades!, tal vez en el futuro cercano reconocerán rápidamente sus sentimientos y emociones, sus dudas y temores, sus alegrías y penas… ¡y actuarán en consonancia!. ¿Podemos decir entonces que hay algo doloso o criminal en la actuación de las empresas que tienen sistemas artificiales inteligentes para tratar de ofrecerle un buen servicio?. Entonces desde hace mucho tiempo venimos escuchando esto del “robo de las bases de datos”… ¿por qué ahora el escándalo?.

La “inteligencia artificial” es creación del hombre. La ciencia avanza en estos temas porque el convencimiento científico es tal, que se considera siempre la necesidad de mejorar, de avanzar, de ofrecer al “cliente”, al ser humano, la posibilidad de obtener los mejores servicios, la mejor diversión, la óptima salud, y por último… y… ¿por qué no la inmortalidad?. Después de todo ya se afirma que el hombre podrá vivir hasta 500 años en lo posterior y sus condiciones de vida serán excelentes. Para tales logros será necesario acudir por ejemplo al “big data”, a la creación de máquinas con la capacidad de mejorarse y reinventarse por sí solas, al transhumanismo en toda la extensión de la palabra.
¡Se han robado los datos de 20 millones de ecuatorianos se dice!, me temo que el asunto es todavía mayor, deben haber también datos de 30 millones de colombianos, 50 millones de argentinos y 100 millones de brasileros… y desde hace mucho tiempo… si hasta las visas para países se basan en la revisión de la “hoja de vida” de los solicitantes, cuyos detalles se conocen por las bases de datos nacionales e internacionales. Controlar a la gente por la expresión facial a través del uso de cámaras y dispositivos digitales especiales es una particular forma de direccionamiento social en muchos lugares del mundo. Las propias universidades utilizamos “software” especiales para darnos cuenta si las tesis y trabajos de los estudiantes son originales o burdas copias.

El escándalo mediático en el Ecuador siempre es igual… tremenda y desmedida información y pronta calma porque aparece otra noticia de conmoción social que sufrirá la misma estrategia de desgaste y así… ¡el tiempo sigue su marcha!, diría mi pariente Gabriel Vergara Jiménez. Es cierto que hay gente que toma información sin consentimiento y que la usa para sus fines, legítimos o no. Pero… ¿no es eso lo que el hombre ha logrado con los avances de la inteligencia artificial?. De qué podemos quejarnos si la información nuestra viaja por las autopistas digitales de la información y está al alcance hasta de un humilde chico que vende gasolina en tu ciudad natal… El problema es mucho más que lo que los escandalosos titulares de la prensa afirman… la inteligencia artificial está aquí y para quedarse… ¡para tu bien o para tu mal!!. Allí es donde la moral y la ética deben poder observarse…