Qué siempre haya una piedra en tu camino que te diga que los caminos no son fáciles y que no siempre te conducen a donde quieres llegar. Que siempre choques con una piedra en tu caminar y que puedas juntar otras piedras y construir el puente que te va a acercar adónde quieres ir y también que te ayude a salir de tus dificultades. Piedra es camino y con las piedras podemos ir de una mirada a otra.
La piedra pueden ser obstáculos, constituir un tormento, dificultades, pero también con ella y en medio de la piedra puedes construir la casa de tus sueños y vivir apreciando su frescura y el significado del esfuerzo. La piedra no habla, pero te enseña más de tu propio temple y fortaleza con lo cual aprenderás que cada piedra es una posibilidad que trae consigo su realización. Las piedras representan nuestro carácter y la fuerza para hacer. Es mi hacer lo que importa. En lo que hago soy quien soy y sé qué calidad soy.
Cada piedra me mira y me invita a llevármela conmigo porque con cada piedra en mi sendero algo puedo dejar, sanar y despertar.
Las piedras siempre están aquí, la tierra les pertenece: yo soy quien es pasajero. Las piedras permanecerán y yo estoy convivo con ellas un viento y luego me iré. Las piedras no se van. Las piedras no empiezan ni terminan, están y vuelven a estar. Cada piedra será mi huella. Cada piedra tiene su historia, no han aparecido de la nada ni son nada; nacen, crecen y nunca mueren. ¿Por qué no mueren las piedras? Son perversamente poderosas: están en el agua, son la tierra misma, son las montañas, los árboles nacen encima de ellas, llenan los vacíos, construyen los caminos y lugares.
¿Quién las creó?
Miro con desdén la tumba recién abierta del poderoso que se creía inmortal pero que ahora yace sobre una piedra fría que se ríe a carcajadas.
Qué misterio las piedras. Cada una un misterio, un enigma, secretos de permanencia y estabilidad. El dolor de las piedras es su eterna existencia. Las piedras son abstracciones y nos acompañamos en el misterio de la vida y de vivir. Cuando dijo: «polvo eres y el polvo te convertirás», quiso decir: «antes de ti, las piedras y después de ti, también´´.
Con Dedicatoria a mi amigo cuencano Marco Tulio Orellana.