“Las academias comprometen al alumno al teatro del mundo, con tan sólo lo suficiente como para alienarlo de las búsquedas del emprendimiento, y con muy poco como para hacer servicio en las filas de la ciencia”. – Thomas Jefferson –
En estos últimos días han aparecido en los periódicos varios artículos que expresan la disconformidad de varios sectores incluyendo maestros y alumnos debido al tema de la reforma que quiere hacerse al sistema ecuatoriano de educación. Se quieren eliminar las especializaciones (FIMA, QUIBIO, SOCIALES, etc.) que los estudiantes de secundaria escogen para irse direccionando en el campo que les compete.
En una entrega anterior expliqué por qué es esto negativo. Ahora procederé a expresar mis ideas de cómo debería manejarse una reforma educativa exitosa. Dos ejes deben considerarse cuando se toca el tema de la educación. Estos son ‘lo que se enseña’ y el ‘cómo se enseña’. Es importante hacer esta división y encarar cada eje por separado y con igual preocupación. En este escrito voy a tratar el primer eje, aunque por motivos de espacio será solo superficialmente.