¿Quién paga las becas?

Durante el gobierno anterior, se dijo, con gran pompa y costoso marketing, que se premiaría a los mejores perfiles de estudiantes ecuatorianos para que vayan a estudiar fuera del país y luego volvieran con renovados bríos a ser factores de cambio. Pero como todo lo que se hizo en esa época, no hubo forma de conocer el proceso que se llevaría a cabo para que tan “excelsa” obra tuviese seguimiento y control de manera podamos garantizarnos, como Estado, un retorno adecuado de la inversión. Hoy con dolor vemos que muchos de los que regresaron… ¡no encuentran trabajo!, y el ofrecimiento gubernamental que obviamente no fue debidamente organizado, se incumplió.  A otros se les dice que por estar “sobrecalificados” carecen de vacantes en las empresas estatales y privadas. Lo cierto es que la promesa que tanto aplaudieron los que creyeron… ahora no podemos pagarla… como Estado… y se insiste en cobrársela a los becarios.

Todo lo que se hace mal orientado, mal planificado y mal evaluado, con carencia de seguimiento adecuado y con deseo simple y llano de “ganar elecciones” termina siendo endilgado al Estado, que somos todos, y por lo tanto infla la ya enorme deuda del país.

Desearíamos saber los ecuatorianos, cómo ese “Instituto de Fomento del Talento Humano (IFTH)” está haciendo para transparentar el delicado tema de los becarios que confiaron en una promesa gubernamental y que hoy miran preocupados los números que dicen deber por su beca en el exterior. Quisiera, en lo personal que nos digan… ¿cuántos son los beneficiarios de las becas?, ¿cuáles fueron los criterios que usaron para escoger a los becarios?, ¿en qué país estuvieron?, ¿qué carreras estudiaron y a qué niveles llegaron?, ¿cuál fue la inversión individual y general que se hizo en este “proyecto”?, ¿qué propone el IFTH para que los becarios puedan devengar lo que se invirtió en ellos?, ¿a qué número asciende los que no regresaron?, ¿tienen deudores solidarios los que no regresaron?. ¿Qué proponen hacer con este delicado tema?

El asunto es terriblemente complejo pues ahora toca responder por las promesas incumplidas de parte y parte. El apoyo para el crecimiento de nuestros jóvenes es necesario, es imprescindible, hay que seguirlo haciendo, pero no podemos plantearlo de manera tan doméstica. Debe haber una propuesta seria y congruente que siga los lineamientos de una política de Estado y no solo de gobierno, para que pueda responder además a las necesidades del país con profesionales que sean útiles a la sociedad y que aporten a su regreso a la famosa “matriz productiva”, otro concepto que poco a poco comienza a ser abandonado en las altas esferas empresariales cuando en el gobierno anterior se le dio tanta publicidad.

Y ni qué decir de las “becas nacionales”. ¿Existen?. ¿Cuántas son en el cuarto nivel?, pues de la calidad de las universidades estatales y sus propuestas de “grado”  hablan fielmente lo que podemos observar visitándolas, escuchando a sus docentes y profesores, informándonos en los medios de comunicación, estamos a la deriva y necesitamos con urgencia autoridades que en educación inicial, media y superior den la talla en su liderazgo. ¿Seguiremos esperando?