Nunca antes en mi vida de casado, he pasado la noche fuera de casa, una experiencia obligada interesante. Gracias a los “revoltosos” de Durán y otros lugares que se aprovechan de cualquier motivo para delinquir.
Me dirigí al Terminal Terrestre para entregarle mis escritos a mi ayudante. La cita era a las 6:15 de la tarde. Llegó 15 minutos atrasada por razones de tráfico. Entregados los escritos, me regrese a casa, el tráfico imposible, avance hasta el primer paso elevado vehicular para pasar por debajo y pasar a la Av. Pedro Menéndez para tomar el puente a Samborondón, justo eran las 7pm.
En ese lugar, la ATM, me impidió retornar, pese a las mil razones que le indique al Agente del Tránsito. Me dijo, es imposible, el Puente de la Unidad Nacional, ha sido cerrado por orden de la Alcaldesa de Guayaquil, para impedir que los revoltosos ingresen a la Ciudad de Guayaquil. Entendí las razones y continue mi camino.
Por fortuna encontré un hotel 4 estrellas, me hospede ahí y dormi cómodamente, con desayuno incluido. No me cobraron ni un centavo, lo que agradezco públicamente a través de esta columna.
Mi esposa que estaba al corriente de las cosas y de las noticias, me llamó muy temprano en la mañana y me indico, el puente está libre, ya puedes regresar. Asi lo hice y llegué rápidamente a casa, a concluir mi desayuno.
Nunca hubiese pensado que pese a dormir fuera de casa, mi esposa me hubiese recibido con los brazos abiertos.
Esa es la confianza, ese es el amor, eso es propio, muy propio de una pareja feliz.
Espero, querido lectores que tú no tengas que dormir fuera de casa, aun, cuando existan justificadas razones para hacerlo.
