23 noviembre, 2024

Lenin en posición de partida

Las crisis políticas tienen comienzo y fin, son de limitada duración, y pueden o no concluir con la solución definitiva de las causales que las provocaron. La más reciente crisis de nuestro país tuvo su detonante con la anunciada eliminación de los subsidios a los combustibles. ¿Ha terminado? Difícilmente podríamos concluir afirmativamente a pesar del repliegue de los indígenas a sus comunidades y el cese del vandalismo. ¿Cuál es el problema? El Gobierno, en su generalizada falta de capacidad, enfrenta un explosivo escenario exponenciado por las múltiples imputaciones por su activa y pasiva participación en corrupción desde hace12 años. 

La eficacia de las medidas económicas correctivas dependen, más allá de la academia y del pragmatismo ortodoxo, de quien intente aplicarlas. Cuando un autoproclamado socialista, practicante o no de lo que predica, intenta implantar una semilla de liberalismo económico, sus aliados lo cuestionan y sus adversarios lo desafían. Sin bien la Constitución no faculta una completa apertura económica del Estado, la falta de acciones complementarias y de competencia del Ejecutivo subyugaron el resultado al enfrentamiento nacional. 

Todo se desarrolla dentro de un campo minado trazado por indígenas movilizables (unos pocos de conciencia y una mayoría de manipulados); terroristas (huestes correístas, militantes de campo y subversivos a sueldo); ex aliados políticos; y, opositores. El sistema demanda correción y justicia para evitar un próximo estallido. ¿Dónde estará Lenín para entonces? 

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¿Democracia estúpida?

Mientras un grupo minoritario de extremistas de derecha mantenga a la democracia estadounidense secuestrada bajo una serie de demandas que atentan a los intereses de la mayoría de la población y del país mismo, la democracia estadounidense ha probado ser demasiado simplona para considerarse como un ejemplo global.

Mientras la estructura política de dicho país siga confiscada por una serie de políticos que no solamente niegan la existencia del calentamiento global, sino que también le responden a la violencia generada por las armas de fuego con más armas, perpetuando una enmienda constitucional desactualizada y descontextualizada con la realidad, o políticos que rechazan la idea de ayudar a los más necesitados, mientras enriquecen a los más ricos…Mientras la democracia estadounidense siga siendo manipulada por intolerantes que objeten el derecho de las mujeres a decidir sobre sus cuerpos o que pretendan imponer como únicas sus ideas sobre la familia, el matrimonio, la sexualidad y creencias religiosas mientras pretenden hipócritamente vulnerar los derechos civiles y coaccionar las libertades y creencias de quienes no piensan como ellos, con el único objetivo de perennizar e imponer sus gélidos y cuestionables valores…Mientras los mismos políticos prefieran invertir el dinero del pueblo en guerras y gastos militares que en salud y educación, y no puedan siquiera disimular su apatía y su odio ante el hecho de ser gobernados por un hombre que proviene de las minorías, la democracia estadounidense solamente da señales de ser una tonta democracia.

La Banca envilecida

Una buena Banca es indispensable en el desarrollo del comercio y del país; pero la angurria del nuevo género de banqueros y, sobretodo, la intervención política Estatal ha sido fatal.

Banqueros han existido desde la época de Babilonia. El nombre deriva de la palabra italiana banco, “escritorio”, utilizada durante el Renacimiento por los banqueros judíos florentinos quienes hacían sus transacciones sobre una mesa cubierta por un mantel verde.

Su función siempre fue de fomento y compartición de riesgo. El “banquero” ponía su dinero para una empresa aceptable: Traer especies y sedas del Oriente etc., corría el chance de que el Barco se hundiera y perdía sus fondos; al suceder esto, los pares le rompían el banquito en que se sentaban y de ahí el término “Quebró.”

1 comentario

  1. Ese es «costo» de no haberse dejado «tumbar» , pues si bien es cierto que la suspención del subsidio a los combustibles no era la panacea, la suspensión de esta, recurso se ha vuelto contraproducente pues la «reforma financiera» , hoy en manos de la Asamblea, es como apagar el incendio con gasolina

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