21 noviembre, 2024

Dormidos cogieron a Colombia, Ecuador y a Chile

Y dormidos a la OEA, TIAR, OTAN (Colombia, socio adherente), DEA, Trump con la Justicia y el Congreso. J. Borges con las pruebas del golpe de Estado fallido en Ecuador y sus responsables, los dictadores Correa, Castro y Maduro. C y M del terrorismo en Chile (118 estaciones del Metro destruidas, edifico y mall quemados…), violencia en Colombia, Honduras y en Bolivia los partidarios de Morales usan “dinamita”.

Maduro con 18 mil ejecuciones extrajudiciales y torturas reemplaza a Cuba en el desprestigiado CDH-ONU. América y la UE dormidos ante el fallecimiento de Chávez en ¿marzo-2013? ¿Si fue en diciembre-2012, denunciado por muchos como la exfiscal Ortega? ¿Cuba, alfil de Putin, manejó la trama para imponer a los chavistas a su “títere-adoctrinado-en-la-Habana”? Otros, van más allá, ¿Chávez fue inmolado, “no era incondicional como es Maduro”? J. Borges, hay intereses y “efectivos” cubanos, rusos, chinos, iraníes, guerrillas propias y ajenas, Hezbolá, ¿sirios y norcoreanos?, etc.

En “9m” Maduro se rearmó, regresó a la AN, activó el FSP, armó a criminales, saquea el oro, envía droga, hambrea y más éxodo. Dormidos al “genocidio” Ortega-Murillo en Nicaragua, fraude a Venezuela y Capriles, a Ecuador, Lasso y la Asamblea, ¿y la “usurpación” del candidato ilegal Morales a Bolivia, Mesa y el Parlamento? ¿Latinoamérica no está libre de atentados como el de Bogotá-17E, más fraudes electorales (base de la democracia) y desestabilizaciones criminales?

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Pederastía

No basta que la mujer del César sea honesta; también tiene que parecerlo. Si entendemos a la Iglesia como la esposa de Jesucristo, bien aplica el adagio de que la Iglesia debe ser y parecer honesta. Al césar lo que es del césar y a Dios lo que es de Dios. ¿Parece honesto el proceder de la Iglesia en los escandalosos casos de pederastia que hoy salpican al mismísimo Papa?

La pederastia es un desorden humano en su conducta sexual cuyo objeto consiste en aprovechar la indefensión del menor de edad, en satisfacción de la lascivia particular, como manifestación en el atacante de algún trauma arraigado en su niñez. ¿Hay maneras de prever estos desórdenes de conducta? Con la estructura que la Iglesia Católica mantiene, es previsible, y hoy más que nunca, debe transformarse en un imperativo de formación sacerdotal.

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