Con motivo de la conmemoración de los 30 años de la caída del Muro de Berlín: Transcribo lo que escribiera en 1989- A los 20 años de la Caída del Muro- publicado en Diario El telégrafo.
“Apuntes de una viajera” 2009
El muro de Berlín
A 20 años de la caída del Muro.
Conocí el muro en 1969, a ocho años de haber sido levantado como valla tangible de la línea fronteriza que se extendía entre el mar Báltico y Checoslovaquia. Resguardado rigurosamente con alambradas, zonas desarboladas, torre de vigilancia, campos minados y soldados soviéticos armados; ante quienes, todo viajero tenía que someter su identidad, entre paradas sorpresivas de los trenes para revisar sus compartimentos.
Nadie era confiable en ese tiempo, ni extranjeros, peor nacionales, quienes trataban de escapar constantemente en las formas más inverosímiles.
El muro era la puerta de esa valla, símbolo de la división de Alemania en dos partes, una de las cuales quedó detrás de ella, aislada del mundo libre -la República Democrática Alemania RDA, bajo el régimen del Partido Comunista que ejerció la función estatal, remarcando la guerra fría que durante más de 40 años confrontó a Europa y el mundo.
Tenía que traspasar el muro de Berlín para conocer la Universidad Alexander von Humboldt, el Museo, La Ópera, la Biblioteca; esa esencia cultural, que añoraban los alemanes de la República Federal (RFA) y sentían tanto haberla perdido.
Estando en Berlín Oriental, comprendí que, en verdad había “dos Alemanias”, “una clara y otra oscura”– como yo las califiqué.
Que frío sentí el invierno esa vez; a las cinco de la tarde, como todo invierno en Europa anocheció temprano, pero a mí me golpeó muy hondo, entre casas, calles y almacenes casi en penumbra, con calefacción sin fuerza y racionada; todo esto, porque el fluido eléctrico se lo llevaban para alumbrar la muralla y partes vulnerables de fuga en la frontera.
En ese Berlín desolado y triste, ante un gigantesco monumento, de extraordinaria línea soviética me dije – ¡Pobre Alemania!
1985- De regreso de Nairobi, de una misión diplomática, estuve otra vez junto al muro de Berlín. En la puerta de Branderburgo hacían la guardia los soldados, igual que quince años atrás. Era verano, y sin embargo, un escalofrío recorrió mi cuerpo; la muralla seguía en pie igual de invulnerable, pero había muchos escritos en ella, que indicaban toda una humanidad que había llegado hasta allá para expresar su protesta por la ignominia. Me pareció menos resguardado, alguien dijo, –Es que ya no huyen, ellos ya son comunistas y están resignados a vivir encerrados. A lo que yo exclamé: -¡Nadie, comunista o no, en este siglo, ni nunca, podrá resignarse a vivir sin libertad!…
Mas, tengo que confesar que no pensé que esto terminaría esa década, a pesar que entre los miles de escritos sobre el muro, hubo uno que me impresionó y que decía: “Hermano, te esperamos ¡será pronto! – febrero 1980”.
Y fue en 1989 cuando alemanes rompieron una brecha en la cortina de hierro, justo cuando los jerarcas soviéticos se sentían tan seguros.
Pocos días, antes del 9 de noviembre de 1989, Hecker, el Presidente de la RDA, había dicho “Todavía el muro estará en pie, después de cien años”;
Y ni a cien días ¡el muro se derrumbó!
Por la paz del mundo
En Chile estamos viviendo momentos muy difíciles. Tenemos temor de perder nuestra libertad. Como poder comunicar a todos los chilenos, esto que ustedes hoy publican, del muro de Berlín. Hermanos de esta tierra, el temor está llegando a muchas personas en mi país Chile y hoy más que nunca tengo mucho temor. Carabineros de Chile, quienes son los encargados del orden público, están superados. Ayer escuché que «tenían que defenderse con piedras». Esto desgarró mi corazón. Ellos son todos chilenos, muchos con familias. Me faltan solo 4 meses para cumplir mis 70 años. Nunca había sentido el peso de un años más. Por primera vez cuando cumplí 69 años, sentí una gran carga en mi ser. Como que algo iba a pasar al cumplir los 70 años. Nunca imaginé que se trataba de esta revolución, se estaba gestando. La delincuencia había llegado a momentos nunca antes conocidos. Muchos señores políticos estaban dando muestras de una pugna entre ellos irreconciliable y todos ellos han sido elegidos en democracia para legislar. Hay mucho descontentos social, pero todo se puede conversar y superar, cuando hay deseos de apoyar realmente y dar soluciones a demandas sociales legítimas. Pero algo hacía que nada avanzara. De pronto un estallido social, quemando muchas estaciones del metro, saqueos, destrozos por doquier y lo más triste, somos un país de muchos microempresarios, soy una de ellas. Hace mas de un mes, muchas fuentes laborales se han destrozado, otras quemado y lo peor hoy vivo con una inseguridad y desesperanza. Hemos perdido demasiado los chilenos en menos de dos meses. Como agradecer a Carabineros de Chile, a nuestra policía de Investigaciones de Chile, Nuestros Militares que por un corto período intentaron apoyar en restablecer el orden, pero no ha sido posible. Hoy quemaron una ambulancia, creo que ni en guerra se ve algo así. No se porque nuestro presidente que fue elegido con mayoría y en democracia no nos salva de esta pesadilla. Es mucha la gente que sale a hacer daño. Ya no es marchar por problemas sociales. Al comienzo de las marchas salían al final los encapuchados, como que se aprovechaban de la necesidad de la gente o simplemente era la estrategia a usar para comenzar a destruir. Ahora ya sin marcha igual hacen barricadas, destrozan, queman, ya no hay respeto por nada. Jóvenes de escuelas básicas, secundarias, universitarios e institutos son los más agresivos. La televisión ahora solo se ve que apoyan la destrucción, ya que no informan de todo daño y ataques que recibe Carabineros de Chile. Pareciera que los partidos de izquierda se sienten contentos con lo que estamos viviendo. Estos días he aprendido de lo que es capaz el fanatismo político y creo es lo mismo que fanatismo religioso. Me preocupa el futuro de mis hijos, soy una mujer jefa de hogar, mis hijos son mi vida, ambos junto a mi nuera, han sido la razón de mi vivir. Ellos son ambos profesionales, mecánico automotriz mi hijo y psicóloga mi hija. Justo en octubre comencé a leer el borrador del primer libro que mi hija escribió, con la ilusión de poder el próximo año presentarlo para ser editado. «HIEDRA ROJA», historia de gente normal que vive el terror de una epidemia, peste que mata a mucha gente, invasión que destroza a familias, pueblos y ciudades. Siento que sin querer, se anticipó a mostrar el caos, la muerte y la posibilidad que tiene el ser humano, a pesar de vivir un infierno, de salir adelante, cuando hay valores, respeto, humanidad, consciencia de la vida. Hoy es jueves 21 de noviembre del 2019. Informa la radio que son mas de dos mil los carabineros afectados, heridos por grupos que en turbas de muchas personas los atacan a ellos o atacan supermercados, micro empresas. Incluso se han atrevido a quemar la naturaleza y hoy una ambulancia. Ya habíamos vivido esta tragedia cuando todo Chile se quemaba años atrás. Hoy nuevamente a sido un día de mucha destrucción. Los malos son muchos. No es que considere los otros buenos, pero los otros somos las personas trabajadoras, honestas, que sabemos lo que cuesta la vida, que hemos dado la vida por nuestros hijos, nuestra familia y que no sabemos que pasará mañana. Esto comenzó el 18 de octubre 2019. Como que el tiempo se ha detenido y cada día ha sido una pesadilla que solo deseo termine pronto. Los chilenos muchos somos buenas personas y no merecemos vivir el terror, todo el mal que estas personas de partidos de izquierda nos han hecho vivir. Bien decía nuestro papá, siempre hay que ser independiente, no tener tendencia política alguna. Ser personas de honor, de respeto, trabajar dignamente y ser de corazón buenas personas. Mi deseo y mi gran sueño es que quien lea este comentario, ore por nosotros, chilenas y chilenos de corazón, ciudadanos patriotas, que hemos trabajado dignamente y contribuido con el pago de nuestros insumos, impuestos, contribuciones, nuestro trabajo, en la formación de un país maravilloso, en el cual estamos orgullosos de haber nacidos. No nos olviden, ayuden a reconstruir nuestros sueños, no es materialismo, hemos puesto vida en cada cosa creada, en cada familia, en cada ser. Mis abuelos por parte de mamá eran de Andalucía, España. Por parte de papá mejor olvidar. Gracias por toda la historia vivida, por este presente que vivo junto a mis amados hijos y por todo lo bueno que todos merecemos y que viene en camino como la gran bendición de ser CHILENOS DE CORAZON. Paises de todo el mundo, ayuden a mi querida tierra chilena, no nos abandonen, los necesitamos para seguir viviendo en Libertad. ¡VIVA CHILE, MI HERMOSA PATRIA!. Paz, Paz, Paz y Libertad, hoy y para siempre. Esperanza de Chile.