Ha trascendido a los medios de comunicación, lo mismo que a las redes sociales, el descarado atraco a los fondos públicos consumado a través de la compra, con sobreprecio, de los fármacos destinados para los grandes hospitales que el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social regenta en Guayaquil. Pero, como es común en una sociedad pequeña como la nuestra, este era un secreto a voces que muchos conocían desde antes de que los hechos aparecieran narrados bajo los grandes titulares en la prensa.
¿Dónde está la falla? ¿Dónde está la pequeña grieta a través de la cual se cuelan o se filtran los grandes negociados? Porque se supone que, para evitarlo, existe todo un sistema de contratación pública asentado sobre un complejo entramado jurídico que, a través de estrictas regulaciones, ha sido ideado para garantizar que los fondos estatales no sean festinados por los allegados al poder.
Sin embargo, sabido es que hay unos cuantos sabidos que logran siempre adjudicarse los contratos para la ejecución de obras, la adquisición de bienes o la prestación de servicios requeridos por las instituciones públicas; o que, en las licitaciones, se turnan para unas veces perder a cambio de otras veces ganar, en una suerte de carrusel eterno al que le dan cuerda unas contadas manos, pues existe una suerte de know-how perverso y bien aceitado, convenientemente estructurado para que, los bendecidos desde lo alto de la burocracia, sean los únicos que puedan hacer jugosos negocios con el Estado.
Se sabe quiénes son y se conoce cómo actúan; las modernas tecnologías, aunadas a la gran cantidad de datos que acumulan las instituciones públicas, podrían contribuir a cruzar información y detectar, así, las estructuras jurídicas que les sirven de cobertizos para que todo cuanto de fondo es ilegal, parezca totalmente lícito.
Pero nadie actúa. Todos callan por temor o por conveniencias políticas o económicas, que terminan siendo lo mismo porque unas y otras se solapan y se ayudan; porque, al final del día, y como lo canta Héctor Lavoe, todos lo comentan, nadie los delata…
MUY BUEN ARTÍCULO Y DENUNCIA SOBRE UN TEMA QUE NOS DEBE PREOCUPAR MUCHO Y SI DE CONOCER SOBRE ELLO SE LOS DEBE DENUNCIAR CON NOMBRES Y APELLIDOS,… POR FIN CREO QUE COMENZAREMOS A DELATAR ESTA PORQUERÍA QUE SE VIENE DANDO DESDE HACE YA MUCHO TIEMPO PERO QUE RECRUDECIÓ Y CRECIÓ DE MANERA POR DEMÁS BURDA Y DELINCUENCIAL CON EL GOBIERNO DEL SÁTRAPA DE BÉLGICA QUE SE LLENÓ LOS BOLSILLOS CON ESTO Y DE MUESTRA TENEMOS A SIN VERGÜENZAS PROPIETARIOS DE BELLEZAS DE CASAS QUE SOBRE PASAN LOS 2 MILLONES SITUADAS EN LA URBANIZACIÓN «PLAZA LAGOS»….??????…… DIGNAS Y SIN COMPETENCIA DE IGUALES URBANIZACIONES DE «BERKELEY, MIAMI»…. SOLAMENTE TENEMOS QUE IR Y PREGUNTARLES A SUS DUEÑOS ….¡¿¿¿¿¿…. COMO HAN ADQUIRIDO ESTAS BELLEZAS, SEÑORES DUEÑOS….????…. Y POSIBLEMENTE OBTENDREMOS ALGUNA «PUNTA DEL ICEBERG» QUE A FLOR DE AGUA NO SE LO PUEDE VER…. Y SI NO LO PUEDEN JUSTIFICAR CON VERACIDAD Y SIN ARTIMAÑAS…. USTED, SEÑOR FABRIZIO PERALTA CITÓ A HÉCTOR LAVOE…. YO CITARÉ A…. DANIÉL SANTOS…. «CATAPLÚM… PA´DENTRO ANACOBERO»…… YA DEBEMOS OLVIDARNOS DEL TAL DEBIDO PROCESO Y HACER COMO HACEN EN PERÚ,COLOMBIA, CHILE… QUE ESTE PROCEDIMIENTO JURÍDICO SE LO RESPETA Y APLICA LUEGO DE HACER LAS PREVIAS INVESTIGACIONES DENTRO DE LOS RECINTOS PENITENCIARIOS…. PORQUE SI LO DEJAN PARA DESPUÉS…. SE VUELAN…. PORQUE COMO TIENEN SUS DINEROS EN EL EXTERIOR….A DONDE SE VAYAN PODRÁN VIVIR TRANQUILOS….
En la China a estos nuevos ricos simplemente se los fusilaría.
Revisen las noticias y podrán comprobar que no estoy equivocado.
Es verdad, En el Teodoro Maldonado para ser exacta varías empresas para poder ganar el “contrato” primero debe pasar por la aprobación del jefe que no labora en el Hospital y le conviene seleccionar. Una vez adjudicado necesita pasar por varios departamentos dejando los documentos que exigen $$. Donde el que más se lleva es el jefe que a través de sus subordinados lo recibe y lo repito no trabajan en el Hospital. Pero los que trabajan son los directores de los cuales también se llevan su parte del documento $$. Y también existe la posibilidad de negarse a dejar dicho documento pero al irse por esa vía correo el riesgo que no le paguen años al contratista.