21 noviembre, 2024

Ecuador 2020: Un Ecuador Diferente. Soluciones Racionales (1)

Comencemos por el comienzo: Se habla mucho del derecho de la mujer a su libertad de vida, con lo que puedo y no estar de acuerdo, porque todos los seres humanos hemos sido creados con la libertad de decisión para actuar como mejor nos parezca, pero lo menos que se nos puede exigir es que seamos responsables de nuestros actos. Todos tenemos derecho a vivir, pero para vivir en armonía, debemos así mismo respetarnos unos a otros.

La mujer tiene, como todo ser humano el derecho a decidir sobre su cuerpo, pero incluso en la Constitución, se exige el respeto a la vida de los demás. Si analizamos esto, con sindéresis, yo puedo hacer lo que quiera con mi cuerpo, pero no tengo derecho a quitarme la vida, porque toda vida humana debe ser respetada, incluso la mía. ¿Sería factible que, si en la Empresa en que trabajo, esté sobre mí un compañero que tiene el puesto que yo quiero tener, yo lo mate para obtener el puesto? El ser humano es un ser humano desde el momento de la gestación. Al recibir los genes de un hombre y de una mujer, es ya un ser humano totalmente diferente a sus padres ¿Qué culpa tiene el niño que se está gestando en mi vientre (aunque sea por violación), para que se lo condene a muerte? Él no ha violado a nadie, no le ha hecho daño a nadie, no tiene la culpa de nada. ¿Debe pagar con su vida por un crimen que él no cometió?

Pero este artículo es para hablar de soluciones y no de problemas, De modo que mejor hablemos de la solución.

Si en verdad hay un Gobierno que piense en los ciudadanos y que respete los derechos de todos los habitantes, es necesario facilitar algunas salidas. Todos (y mucho más las parejas que no han sido bendecidas con la reproducción), sabemos las trabas, dificultades y artimañas que se inventan para dificultar la adopción. Hay mucha gente que ocupa puestos tanto en las casas cuna, hogares, en la preparación de alimentos y todos los demás gastos para mantener esos hogares que deberían ser de paso y no como es en realidad, un modus vivendi, porque los niños se quedan meses y años. Esto es un gasto innecesario, pues, si se abriera una investigación seria y responsable de las parejas que quieren adoptar, con seguimiento, como se hace en otros países, se podría calificar a las parejas y asegurar a los niños un hogar decente, moral y seguro, con Padre y Madre, donde puedan desarrollarse desde muy pequeños, asegurando por un lado, para ellos ese hogar con cariño, dedicación y educación adecuada para que puedan crecer y convertirse en personas de provecho, y para los hogares que los adoptan un niño sin vicios adquiridos por el tiempo y el desamor del abandono.

De esta forma, en caso de violaciones, o en cualquier caso de abandono, se libra a la madre de su problema y solucionamos la tristeza de esos hogares sin hijos, sin tener que asesinar a nadie. ¿Es posible que el egoísmo pueda llevar a una mujer a la decisión de matar a su propio hijo para salvar su dignidad, o para librarse de un problema? ¡Asesinar no es solución para nada! No se puede hacer el bien haciendo el mal. Todos tenemos que cooperar en armonía, por medio del respeto mutuo y del amor.

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Gkill City

Creo en la libertad. Sin libertad la vida sería monótona, llana y plana. El arte en todos sus aspectos no tendría sentido. La fantasía moriría. El amor tendría una sola postura. No habría moda, piercing, hilo dental ni siliconas. No habría sorpresas y el ser humano quedaría degrado al nivel de simple manada. Sería aburrido vivir sin imaginación y que quede claro que, la imaginación, es la hija mayor y predilecta de la libertad con el poder creativo.

Con estos pensamientos en mi cabeza este sábado 30 de agosto fui a esa inmensa mansión derruida que está a la salida del puente del Albán Borja, donde estos rebeldes de GKILL CITY exponían, entre otros, los desechos del Salón de Julio. No fui por cierto a la exposición organizada por el Municipio guayaquileño ya que por principio no me atrae ver concursos donde la prohibición de algo, empaña. Fui a la Expo Inmundicipalidad a ver hasta donde la imaginación de los jóvenes se organiza, se divierte y se desarrolla en repulsa a las prohibiciones. Un espacio libre donde, aun un zapado olvidado del que cuelga un teléfono, merece un premio. Fui a ver la libertad, y libertad sobraba.

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