21 noviembre, 2024

Los indígenas en la “Primera Conquista”

Nuestros ancestros fueron grandes culturas como todas del globo con poder, abusos, intriga y decadencia. Túpac Yupanqui, rey en vida de su padre Pachacutec entre 1456-1461, falleció en 1493 al año del arribo europeo. Expandió el imperio al Reino de Quitu con su lúdico Inti-Ñan en la M. del Mundo a los pies del gran Pichincha.

El Tahuantinsuyo: al norte pasando Rumichaca hasta las tierras de Popayán, al sur más abajo de Santiago hasta el río Maule, al este hasta el Paititi (Amazonía entre Bolivia y Brasil) y al Oeste hasta Mangareva (Polinesia), y arribaron a Las Galápagos. Hijos del Sol superiores a los demás (¿racismo?), bodas entre hermanos (¿endogamia?), varias esposas y concubinas (¿poligamia?), sacrificaban a las Vírgenes del Sol por sus deidades y la Pachamama, machistas por antonomasia; no así, otras culturas del sur y el norte que, “reconocían a la mujer como líder”. Dominadores crueles con las armas, jefes curacas, mitimaes y camino de piedra a los Cuatro Suyos. Las naciones paltas y cañaris les ayudaron (¿acomodo al poder?). Un general Kitu prefirió la muerte: “¡Si nací libre por qué he de morir de esclavo”! Pelearon con valor huancavilcas, mantenses, atacames, puruhás, shyris, panzaleos, kitu-caras, karankis, cayambis, pastos, etc. Le sucedió Huayna Capac, nacido en 1467 en Cuenca o ¿Quito?, se expandió al norte (la Reina Quilago lo enfrentó), y triunfó en la batalla de Yaguarcocha o Lago de Sangre (1520). Casado con Paccha D., sus sucesores fueron Atabalipa y Huascar. Gobernó y murió en 1525 en su venerado Kitu.

Hoy, los indígenas repiten el “mantra de odio del SSXXI” de repudio a los colonizadores españoles e invisibilizan que antes fueron conquistados por los Incas”.

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¿Guayaquil, ya es de todos?

Por supuesto. Guayaquil siempre ha sido, es y será de todos… Pese a que por su estructura social y localización geográfica el individualismo comercial debería ser su único norte, la historia que la promueve significa en su andar sólo un abanico de aperturas. Para blancos y negros. Mulatos, indios y cuarterones. Ricos, pobres, oportunistas, aventureros y hasta santos han gozado de la satisfacción de ser sus hijos. ¿Y cuántos que por adopción están, sin embargo, identificados en felicidad y por amor, generación tras generación, con el ritmo de la vida candente del puerto más acogedor de la América del Sur, tal cual lo dijera Humboldt? Si, Guayaquil es de todos! Pero tal cosa no es novedad. Excepto para los que, por inconciencia e ignorancia, atribulados por la neurosis del poder y su incapacidad para mantenerlo, gritan desaforadamente que ahora ya es de todos. ¿Es que, pese a que ensalivan la boca con el vocablo patria, han olvidado acaso que cuando esta ciudad declaró su independencia lo hizo en el contexto libertario de “GUAYAQUIL POR LA PATRIA? ¿De dónde partieron las milicias que llegaron hasta la cima del Pichincha y exigieron la rendición hispánica? ¿Acaso no están, aquí, representadas, con miles y miles de familias, cada una de las provincias nacionales con sus valores y costumbres, aportando y recibiendo vida a través de sus descendientes?

1 comentario

  1. Les guste o no a nuestros hermanos indigenas estoy de acuerdo y comparto su pensamiento.
    Y ellos deben respetar nuestros pensamientos también.
    Me rio cuando hablan de lenguas ancestrales, el quechua tambien fue impuesto por la invasión inca.

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