Cuando se publique esta entrega, estaremos muy cerca del nuevo año, año de mucha ilusión para los coterráneos, ya que cumpliremos 200 años de esa gran gesta histórica iniciada con la Fragua de Vulcano y que marcó el inicio, aunque a algunos le cause gran escozor, de la libertad del territorio que posteriormente sería el Ecuador del yugo español, que culminó con la batalla del Pichincha con ese bravo ejército creado y financiado por los próceres guayaquileños.
Pero actualmente como enfrentamos al venidero 2020, pues, no de la mejor manera más halagüeña, tenemos una democracia que poco a poco se va resquebrajando, tenemos unas minorías étnicas, que mantienen todo su derecho a la protesta, pero que no poseen patente de corso para destruir ciudades o paralizar el país a nombre de supuestas desigualdades que no les permite hacer funcionar su “tractorcito”, pretendiendo con eso, caotizar todo un territorio nacional.
Tenemos un gobierno, herencia de una década perdida a punta de desaciertos políticos y administrativos, que no atina a romper la piñata del desarrollo ciudadano y que más bien parecería que sufre de mareo crónico, por las vueltas que le dieron de una manera muy rápida o sin un rumbo fijo u ordenado.
No todo es malo, hay que aclarar eso, la administración municipal de Guayaquil sigue en muy buenas manos, nosotros sus ciudadanos ya nos hemos acostumbrado a excelentes personajes a cargo del Cabildo Porteño, siendo un lujo que ahora esa insigne guayaquileña como lo es Cynthia Viteri, sea la normal sucesora de dos grandes exalcaldes, uno ya en el oriente eterno, LFC, el otro trabajando incansablemente para hacer por el País, lo que hizo y propuso para nuestra ínclita Ciudad.
Debemos prepararnos para el 2020 y que esa herencia Huancavilca mezclada con la madera de guerrero que nos dejaron nuestros padres libertarios, Olmedo, Urdaneta, Febres Cordero y Letamendi, se siga manteniendo viva y que esa llama de justicia y paz que flamea en todos nuestros corazones, se conserve para mantener a nuestra libérrima Ciudad, libre de los bucaneros y ladrones del desarrollo de nuestro Pueblo. Arriba Guayaquil, que sea bienvenido el 2020.
Este es el anio de Bicentenario y no oigo ningun rumor de celebracion monumental como Guayaquil se merece.