Noche oscura, sin luna y sin estrellas.
Tan oscura que se confundía en el infinito con el mar. Ahí donde se unen el cielo con la tierra y parece a los lejos que el mar se derrama por sus costados. Así era la creencia en el lejano pasado. Era lógico que así pensasen quienes no tenían los instrumentos para divisar más allá de lo que sus ojos podían hacerlo.
Tampoco hubo la “caída del sol”, solo un lejano resplandor, entre rosado encendido y rojo infierno. Se divisaba una franja a la altura del mar, que pronto desapareció, oscuridad total.
De repente cuatro foquitos se divisaban a la distancia. Eran 4 pangas marineras que regresaban con la esperada carga de Robalos, que ansiosos esperan en la playa los revendedores.
Ya entrada la noche, llegaron estas barcas a la playa. Ahí, toda la pesca la depositan en unas gavetas. Que es una medida de volumen, que tiene un precio ¿Como lo fijan? No lo se. Las gavetas son puestos inmediatamente en pequeños furgones y/o camioncitos, que rápidamente se desplazan hacia las distintas comarcas, y algunos hasta La libertad.
De ahí, en los transportes interprovinciales se dirigen hasta la Sierra. Colocan el pescado con trozos de hielo, hasta llegar a las estribaciones de los Andes. El resto del camino, se mantiene con el frío de la naturaleza.
Todo está calculado, con los tiempos y cambios de clima, de suerte que el pescado llega fresco hasta Quito, en perfectas condiciones y apto para ser vendido en los mercados y ser, luego preparados en restaurantes y casas familiares. Es un proceso comercial que se inicia las 7pm y termina a las 7am del dia siguiente.
Pero, la noche, ésta a la que me refiero, se mantuvo oscura, hasta el amanecer, que se va aclarando con los primeros rayos del sol. Rayos, que estos días de descanso y de playa, se vuelven incandescentes hasta pasado el mediodía.
Rayos de sol y playa, que se combinan con buena brisa durante el dia, hasta convertirse en viento por la noche. A buscar entonces, un suave suetercito, con un buen café o un trago ligero, de aquellos que no te afectan, a no ser que te excedas.
Un bolón de verde, unas tortillas con queso, o de mote, son y serán el mejor complemento, apropiada para el sueño reponedor, que termina muy temprano en la mañana, con periódico en la mano y un buen desayuno.
¿Que mas pedir? Solo queda a Dios agradecer por todas sus bondades.
Excelente.