21 noviembre, 2024

El Poder sobre la Constitución

Las constituciones, creadas por individuos con fortalezas y debilidades propias de las sociedades que representan, no son panaceas. Mientras más abultadas en su texto, mayor la marginalidad de los intereses ciudadanos que los constituyentes pretenden precautelar. Nuestra voluminosa Constitución, calificada por sus mentalizadores como garantista de derechos, no es otra cosa que un enjambre de magnas disposiciones, insustentables jurídicamente ante la academia constitucional e incumplibles económicamente por el Estado ante la sociedad. Es que paradójicamente se pretendió que dicho Estado sea el garante de los llamados derechos de la sociedad a la salud, educación, protección, trabajo, vivienda y seguridad social. 

La izquierda política pretendía perennizarse en el poder a través de una Carta Magna, ente supremo regulador, y el aval de nuevos paradigmas sociales como la redestribución de la riqueza y la gratuidad, anclas de una nueva fórmula de desarrollo cuyo mítico objetivo era doblegar a la desigualdad social. Se olvidaron, sin embargo, que sin crecimiento económico no era posible generar riqueza, solo redistribuir mayor pobreza, y que la gratuidad, cuya factura debía igual cubrirse, nunca ha sido sinónimo de calidad. 

Un país desahuciado como el Ecuador requiere desmantelar el andamiaje de Montecristi sobre su sistema político y jurídico. Hacer los cambios requerirá de una ejemplar y transparente institucionalidad, tarea compleja para una intelectualidad política limitada de talento y carente de probidad. 

Artículos relacionados

Agradecimiento y Reflexiones

Varios han sido los días que han pasado luego de la traumante y nada agradable experiencia que vivimos Giancarlo y yo, al ser detenidos injustamente por el simple hecho de expresar el sentimiento mayoritario de guayaquileños y ciudadanos que vivimos en esta ciudad, cuna de libertad.

Lo hicimos de una manera civilizada, pacífica, pero al mismo tiempo frontal; por lo pronto, han quedado atrás esos días de prisión, y porque digo así, pues nadie quita que por tratar de acallarnos y debido a que existe un juicio de por medio, nos quieran privar de nuestra libertad nuevamente, así se maneja el chantaje político muchas veces, utilizando los aparatajes judiciales para silenciar las voces de protesta.

La forma y el contenido

a Filosofía en nuestro tiempo aparece por momentos como una disquisición innecesaria poco práctica, para algunos una real pérdida de tiempo.

Hace unos años el filósofo mexicano Adolfo Sánchez Vázquez expresó:

“Pero al hablar ahora de los tiempos adversos para la filosofía no nos referimos al hecho, reiterado a lo largo de su historia, del rechazo, por parte del Estado, de determinada filosofía, sino al rechazo actual, por parte de la sociedad, o un sector de ella, de la filosofía en general, y, por tanto, no de ésta o aquella filosofía, aunque esto siga dándose desde el poder vigente”.1

2 comentarios

  1. En la ONU debería haber un organismo que califique las constituciones de todos los países y determinen si permiten una buena GOBERNANZA o no.
    Si un país no tiene una constitución aprobada, no debería ser miembro.

  2. Una Constitución sirve para los propósitos antes anotados, el correato diseñó y propuso una, a sus anchas y nadie le dijo nada, confiando en su liderazgo y capacidad de maniobra. Resultando ser un gran pillo
    Nadie tiene o tendrá la capacidad para «hacer la suya», tendremos que vivir con «la de Montecristi» y hacerla funcionar. De lo contrario, nadie sabe a dónde nos llevarán las luchas intestinas.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

×