Cuando nos informamos vía diarios o televisión de los acontecimientos que suceden en el país, vemos que casi en su totalidad están relacionados a los hechos de corrupción que se dieron en la dictadura del correato o de los que se siguen dando en el actual gobierno, así como del altísimo sicariato y tráfico de drogas en el que estamos inmersos.
En la corrupción hemos caído a los más bajos niveles jamás imaginados. Fueron 10 años donde se llevaron el país empezó. No hubo obra del correismo que no se contratara con sobreprecio y el pago de coima sea una obligación; no obstante, pese a las pruebas los involucrados cual Pedro lo niegan una y mil veces.
El jefe de la banda desde su refugio ha instruido a sus secuaces para que la negación no solo sea por 3 ocasiones como lo hizo Pedro, sino que lo deberán seguir desconociendo a pesar de las revelaciones de Pamela Martinez y su ex asistente Laura Terán. El latrocinio es evidente. Similares posiciones asumen los y las Asambleítas de la robolucion.
Pese a la negación manifiesta, unos pocos acólitos del dictador están tras las rejas, pero solo para tratar de tapar la realidad de los hechos y no se vaya a decir que hay una falta de acción por parte del gobierno de Moreno o de la justicia aún en manos correistas.
El dictador vocifera acusando a sus ex cómplices de haberlo traicionado como judas. La bancada oficialista, así como un importante número de funcionarios entregan “su aporte” al gobierno, lo que no es por patriotismo, peor grateche, ni tampoco por unas pocas monedas.
La negación y la traición están a la orden del día en el país. En su última intervención el Presidente Moreno apareció desencajado e iracundo contra quienes propiciaron los actos de vandalismo y desestabilización. EL informe sesgado de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos evidenciaba en sus conclusiones contaminación política, no obstante, la credibilidad no lo acompaña.
Lamentablemente el problema de fondo es la solidez moral y ética de las personas. Por lo cual es indispensable trabajar en los valores desde el primer aliento recibido cuando se sale de vientre materno y continuar trabajándolo todos los días incluso en las pequeñas cosas, quizás y sólo así el futuro político pueda tener un cambio positivo.
Deberíamos aprender de la historia para poder juzgar con ecuanimidad. Chile de Salvador Allende, demagogo y populista similar a Chavez y Maburro, alcanzó los niveles de pauperización de Venezuela. A Pinochet le tomó 17 años recuperarlo gobernando con mano de hierro.
Muy difícil que el Sr. Moreno en «democracia» logre recuperar en 2 años la economía, la ética y la moral de un país en que la podredumbre correista apesta en todos los recovecos de la burocracia.