22 noviembre, 2024

Un año más de vida conyugal

No hubo celebraciones, solo una reunión familiar muy íntima, con mis hijos/a y mis nietos/as. PIZZA y mas PIZZA, es el plato por todos preferido y sin complicaciones: (Domingo), después de la Misa de los 11am. Todos felices.

No no quejamos con Coca, de nuestras vida a lo largo de estos 51 años de casados. Hemos pasado las duras, las maduras y las muy buenas etapas, como todos los matrimonios estables, que cumplen con la promesa, en el altar, “hasta que la muerte nos separe”.

Dios permita que así sea.

Rodeados del cariño de nuestros hijos y demás familiares, propios y ajenos. Viviendo con sencillez y tapándonos con la sábana, (gastos), hasta donde ésta dé. Con endeudamiento, cuando fueron necesarios, por ej: cuando adquirimos nuestro actual departamento o nuestros vehículos, que hay que cambiarlos antes de que se hagan una lata desechable, y manteniéndonos activos.

Sin faltar a la MISA los domingos para rezar por TODOS, y para agradecerle a DIOS, por sus bondades.

Asi toca, tranquilos y retirados de fiestas y otros entretenimientos externos, sin faltar a los consabidos cumpleaños, invitaciones familiares y reuniones, que son tan agradables.

Reuniéndonos, de vez en cuando, ella con sus amigos y yo con los míos.

Los amigos/as, son una Maravilla. Dios premiará siempre a aquellos que se esfuerzan por reunirnos. Concurre a aquellas reuniones. Inténtalo, son los encuentros más agradables. Son los recuerdos de los “viejos” tiempos, que nunca pierden actualidad.

Les deseamos toda la felicidad del mundo. Superen las dificultades con paciencia. La vida no siempre es color de rosas y las rosas son muy bellas, pero tienen espinas.

Artículos relacionados

Mis intentos de Haikú

Hace poco en una clase nos invitó mi profesor a sumergirnos en el mundo de la poesía, específicamente en aquellos hacendosos versos japoneses: el haikú. Éste es un poema muy breve, compuesto por diecisiete sílabas distribuidas en tres versos: 5, 7 y 5 sílabas respectivamente. Tradicionalmente, contiene elementos que hacen alusión a la naturaleza y las estaciones del año. Se caracteriza por la sutileza y la austeridad de matizar lo complejo en pocas palabras. Captura el instante y las sensaciones de la realidad inmediata.

Mediante la composición del haikú se pretende alcanzar la disciplina espiritual. Lo interesante es que esta forma de poesía obliga al lector a profundizar en aquello que el poeta no mencionó. Es decir, lo impulsa a leer entre líneas en la búsqueda de un sentido encubierto; es una puerta hacia lo sagrado.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

×