La infinita lucha entre el bien y el mal, ha sido una constante universal a través de todos los tiempos.
Eternamente estas fuerzas antagónicas, han dirimido para tener la supremacía en la posesión del poder absoluto.
Esta disputa ha sucedido desde el sin fin del tiempo, a pesar de que no existe el tiempo.
Este es un invento humano para dar sentido a la experiencia.
El pasado ya pasó y el futuro no pasó.
Ninguno de los dos existe.
Solo vemos el presente y el mismo es un breve estado de conciencia, ya que percibimos el ahora, solo si estamos vivos en el ahora.
El presente es atemporal puesto que carece de tiempo.
Se dice que el mismo existe entre el pasado y el futuro que no existen, ya que son dos inexistencialidades y puesto que nada puede existir entre dos inexistencialidades, el presente tampoco existe.
Si desde el comienzo del tiempo la lucha entre el bien y el mal se ha dado, esta riña ha sido simbolizada como la batalla entre Dios y el diablo.
Si hasta hoy han estado luchando, lo primero que se me ocurre es que Dios perdió, puesto que si hubiera ganado, la lucha habría terminado y habría un conocido y venerado ganador.
Lo segundo es que si siguen peleando, es porqué la contienda está en un empate de poderes que no tiene triunfador.
En esta segunda posibilidad, habrá que aceptar lo que culturalmente se nos ha inculcado y es que no dejes que la tentación te someta, no permitas que el demonio te engañe o el diablo te seduzca etc.
Las atroces cruzadas de los Templarios, la cacería de brujas de Enrique VIII, la conquista de América, la prueba de asesinato por fe puesta a Isacc, son algunas de las circunstancias hechas en nombre de Dios y nos demuestran que fue Dios quién atacó.
La tercera posibilidad es que Dios perdió y el diablo ganó.
Si Dios hubiera triunfado, el diablo no existiría.
Pero si a pesar de los infinitos poderes que tiene Dios el pleito no ha terminado, entonces debe ser que los poderes que tiene el demonio para defenderse, son mayores.
Deben ser más grandes y poderosos, para haber aguantado tanto tiempo la pelea contra un Dios más poderoso que nadie en el universo.
Lo único cierto de todo este largo pleito es que la lucha continúa y para desgracia de nosotros, todavía no existe un claro ganador.