La importancia de lavarse las manos sigue siendo vital para prevenir enfermedades vectoriales o infecto contagiosas, como el cada vez más nombrado y expansivo: corona virus.
Como todo virus, sabemos que hay medidas para prevenir su contagio, pero nada es cien por ciento seguro, ya que los virus mutan con rapidez, es decir cambian continuamente.
Los medicamentos curan los síntomas que causan los virus, pero no los previenen de una manera absoluta.
Los corona virus son una familia de virus que se descubrió en la década de los 60 del siglo 20. Sus tipos provocan distintas enfermedades, desde un resfriado hasta un síndrome respiratorio grave como la neumonía. Para estar tranquilos respecto al tema es bueno saber que gran parte de los corona virus no son peligrosos y se pueden tratar de forma eficaz. De hecho, la mayoría de las personas lo contraen en algún momento de su vida, generalmente durante su infancia, siendo más frecuentes en países con las estaciones más frías de otoño o invierno, pero se pueden adquirir en cualquier época del año.
El corona virus debe su nombre al aspecto que presenta, ya que es muy parecido a una corona o un halo. Se trata de un tipo de virus presente tanto en humanos como en animales y se pueden contagiar de los animales a las personas (transmisión zoonótica). Se sabe que ciertos animales, como los murciélagos, actúan como reservorios, es decir en ellos vive el virus.
A finales de diciembre de 2019 se notificaron los primeros casos de un nuevo corona virus en la ciudad de Wuhan (China). Desde entonces parecen imparables los casos de nuevos infectados por el virus SARS-CoV-2 (inicialmente llamado 2019nCoV), que provoca el COVID-19; es decir su contagio ha sido continuo y su transmisión de persona a persona se ha acelerado.
Como en otros virus que causan neumonía, cuando se transmiten en humanos, el contagio se produce generalmente por vía respiratoria, a través de las gotitas de saliva que las personas producen cuando tosen, estornudan, al hablar o al escupir.
Escupir en lugares públicos es un mal hábito, bastante común. Debería ser corregido ya que atenta contra la higiene y la salud, así que de aquí parte la primera recomendación: si va a escupir hágalo adentro de un baño y no en media calle o en otros lugares públicos.
Para educar a la población se podría incrementar una ley con multa por escupir en lugares públicos, tal vez así se aprenda más rápido; lo mismo podría regir para las personas que estornudan estrepitosa y desconsideradamente, ya que son reacciones corporales que si se pueden educar, tal como se hace con el eructo y la expulsión de gases, (llamado comúnmente pedos).
Una mejor idea siempre es la educación. Insertar entre las materias olvidadas de la escolaridad, la de urbanidad y buenos modales, lo que incluye el estudio y la práctica de la higiene personal y comunitaria.
En general, los síntomas principales de las infecciones por corona virus suelen ser: secreción y goteo nasal, tos, fatiga, dolor de garganta y de cabeza, fiebre, escalofríos y malestar general, dificultad para respirar (disnea). Síntomas comunes a la gripe o resfriado.
Una persona puede estar infectada y no tener síntomas o presentar síntomas respiratorios leves o agudos; también se pueden registrar síntomas gastrointestinales, en especial diarrea.
Tal y como ocurre con el virus de la gripe, los síntomas más graves (y la mayor mortalidad) se registran tanto en personas mayores como en aquellos individuos con inmunosupresión o con enfermedades crónicas como diabetes, algunos tipos de cáncer o enfermedad pulmonar crónica, y vamos a saber el por qué.
Existe una estrecha relación en el sistema llamado Neuro-psico-endocrino-inmunológico y el organismo, a este “sistema corporal” tenemos que verlo como un todo.
Vivimos en un mundo fragmentado en el que la mente se encuentra separada del cuerpo, inclusive en el ámbito de la medicina (convencional). Para tratar cualquier enfermedad, cualquiera, hay que integrar la mente y el cuerpo.
Un paciente que presenta depresión, esta se refleja a nivel inmunológico. Se bajan las defensas del individuo lo que favorece a que se instauren las enfermedades, como ocurre con frecuencia en las personas cuando se jubilan. Una persona con actividad mental y física continua tiene un sistema inmune mucho más fuerte, por ello cuando se jubila un individuo y se deprime por falta de actividad, comienza muchas veces con enfermedades.
El concepto de que los estados psicológicos, en particular las emociones, pueden afectar al organismo es muy antiguo. No solo se han asociado enfermedades sino también la muerte con estados emocionales alterados.
El estrés es otro de los marcadores más importantes en lo que se refiere a inmunidad.
El estrés y las emociones están asociados con cambios fisiológicos sustanciales; un cuerpo estresado libera sustancias de tipo inflamatorio que pueden llegar a dañar órganos como el estómago, lo que produce liberación de enzimas y gastritis o bien daño a nivel muscular esquelético y por supuesto a nivel inmunológico, disminuyendo las defensas orgánicas.
El estrés que han originado, en estos días, las instituciones mundiales y los medios de comunicación unido a la desinformación ciudadana por redes sociales, es obvio que va a originar una mayor propagación del virus y habrá más contagiados por esto, ya que la gente se angustia, se deprime emocional y orgánicamente y el virus encuentra las puertas abiertas para infectar esos cuerpos.
Por eso si lees este artículo, te pido reflexiones y no seas un propagador de alarmas, como cuando se timbra el botón solo para ver la reacción de pánico en los demás.
Hasta la fecha no se dispone de vacuna alguna ni de tratamiento específico para combatir la infección por corona virus. Y habría que ver, una vez disponible, qué tan accesible será, cuál será su eficacia o cuáles sus contraindicaciones o efectos adversos, y todo esto también a largo plazo, como todo lo que sale de la industria farmacéutica mundial.
Una buena idea para protegerse de las infecciones virales, en general es buscar el equilibrio mental y adoptar hábitos de vida saludables como hacer ejercicio físico de manera regular, que libera estrés; son maneras naturales de estimular el sistema inmunológico y evitar la presencia no solo de los virus sino de cualquier enfermedad.
En cuanto a la alimentación, la OMS (Organización Mundial de la Salud) ha aconsejado no comer alimentos crudos. Una vida con higiene es la forma básica más eficaz de evitar contraer este virus, la higiene debe ser física y mental o emocional.
La norma de higiene física por excelencia es lavarse las manos con frecuencia y evitar el contacto con personas ya infectadas, protegiendo especialmente ojos, nariz y boca.
Pocas veces el agua con jabón ha sido tan importante como ahora. ¡Ha llegado la hora de recuperar los sistemas de salud del pasado y actualizarlos!
En el siglo 19 un médico de Budapest, (Europa) llamado Ignác Fülöp Semmelweis insistió en la importancia de lavarse las manos para salvarle la vida a los pacientes. A esta práctica se llama asepsia, es decir práctica de la higiene, y con ello salvó vidas. Semmelweis murió pobre y desahuciado, en un centro para enfermos psiquiátricos ya que por sus ideas lo consideraron loco.
Hay que lavarse las manos de manera adecuada, lo que implica cinco pasos simples y eficaces: mojar, enjabonar, frotar, enjuagar, secar.
Lávese las manos frecuentemente con agua y jabón por al menos 20 segundos, la palma, el dorso, entre los dedos y debajo de las uñas; especialmente después de ir al baño, antes de comer, y después de sonarse la nariz, toser o estornudar.
Lávese las manos si cuida a alguien que está enfermo y antes y después de tratar alguna cortadura o herida. Luego de manipular mascotas o sus excrementos y después de tocar basura.
Enjuáguese y seque las manos con una toalla limpia o al aire; recuerde que los microbios pueden transferirse más fácilmente con las manos mojadas.
Si no cuenta con agua ni jabón, use un desinfectante de manos que contenga al menos un 60 % de alcohol, pero lávese las manos siempre con agua y jabón si están visiblemente sucias.
A quienes puedan estar en contacto con posibles afectados se les aconseja el uso de mascarillas y usar pañuelos para cubrirse la nariz y la boca cuando se tose o se estornuda y volviendo a las prácticas de medicina tradicional: si está enfermo quédese en casa.
Hoy más que nuca se debe romper la cadena de la desinformación, la especulación y el alarmismo; vivimos en un sistema de realidad organizada a donde por cualquier medio se desea seguir sometiendo a las personas a través de la división y el miedo. Con esta nueva pandemia, muchos van a quebrar y algunos se van a enriquecer, lo idioneo sería intentar el equilibrio para que todos tengan algo de lo que merecen por el derecho de estar en el mundo.
Mantener la calma y actuar con coherencia es lo primero para fortalecer nuestras defensas y atender a la higiene integrada del cuerpo con el espíritu.