“Fake news” en tiempos de covid-19

Ignorancia, perversión, estrategia política, confusión…

Abrumado escribo, pues no ceso, en mi particular encierro o aislamiento, de revisar mis redes sociales ora para enterarme del avance o no de la pandemia, ora para comunicarme con amigos y seres queridos dentro y fuera del Ecuador. Lo cierto es que las redes sociales –y su apoyo la inteligencia artificial- se han mostrado como socios inclaudicables en la transmisión de eventos relacionados con el tema de moda… “la pandemia”. Personas a quienes siempre he considerado equilibradas y serenas para el análisis me envían información de todo tipo, desde opiniones médicas y científicas, hasta audios con acento mexicano y publicidad barata que favorece a determinado político deseoso de mantenerse en el “imaginario popular”, hasta insultantes “memes” dirigidos contra personas e instituciones.

Todavía no hemos entendido…

El mundo ya no volverá a ser el mismo después de esto. Y en efecto nos hemos demostrado que podemos vivir sin football pero no sin buenos hospitales, médicos, enfermeras y auxiliares que nos atiendan. Que el dinero sirve sólo para comprar medicinas y algo de atención pero que no evita que te enfermes. Que más importante que tu “cliente” en los negocios resulta el joven que te guía y atiende en el sitio de abasto donde debes comprar tus alimentos.  Que tu hogar no es un sitio para aislarte sino para encontrarte plenamente con tu familia en el espacio del amor. Que en general no somos distintos, ni tú, ni yo… Que debemos retornar al origen y ver a los seres humanos que conviven conmigo como obras inacabadas que requieren de mí, de nosotros… Que haber obtenido un cargo público o tener dinero y fama no te sirve de mucho cuando estás en trance de muerte. ¡Que más vale prevenir que lamentar!

Sin embargo, las noticias falsas, las “fake news” proliferan y me resulta inentendible, a no ser que una de las características con las que inicio este artículo esté presente –ignorancia, perversión, estrategia política o confusión-. 

Además, para entender como alguien puede sentirse a gusto enviando mensajes mentirosos y dañinos para otros, tendríamos que contar con ese uno por ciento –según Robert Hare- que en la sociedad moderna padece de “psicopatías” o su prima hermana las “sociopatías”, entonces hablaríamos de otra posibilidad de las ya escritas arriba… ¡quienes producen las “fake news” tienen tendencias psicopáticas y no es posible corregirlas, no con los métodos tradicionales!.

Usted estimado lector, debe fortalecer no sólo su sistema inmunológico también su autoestima, trabajar su resiliencia, recuerde, el mundo, su mundo no será nunca más el mismo, ya no cabe el egoísmo, el desinterés, el odio, la agresividad, el desenfreno, los vicios, mientras nos henos visto tan frágiles, tan desprotegidos, tan pequeños en presencia de este microscópico ente que hoy nos agrede. Si usted recibe una “fake new” sepa que lo que busca es alterarlo, hacer del pánico un sentimiento cotidiano, llevarlo a pensar en otras cosas negativas en su mente, fomentar el rencor entre hermanos, desconfiar en quienes hoy dan la vida en los hospitales por nosotros, enfermar nuestra autoestima, deteriorarnos moralmente, predisponernos al sufrimiento, incrementar el stress postraumático que es moneda corriente hoy. Por lo tanto, eliminar esas desdichadas “noticias” que no tienen fuente confiable, que morbosamente nos envían todos los días y por millones a través de las redes sociales sólo busca acabar con los arrestos que debemos poseer para vencer la enfermedad que nos agobia.

Seguirán los ignorantes, los confundidos, perversos, psicópatas y sociópatas enviando “fake news”, por supuesto, va a ser muy difícil evitarlo. No está en nuestras manos evitarlo, sin embargo, hay algo que sí podemos hacer para terminarlos, tome usted la decisión que juzgue conveniente, pues de lo contrario no sólo estará expuesto al virus, sino también a la virulencia de las redes sociales y a una enfermedad que demorará mucho en terminar pues se habrá afectado su sistema nervioso con todas las consecuencias predecibles…