A consecuencia de la pandemia del coronavirus, considero importante comentar el libro del Doctor Alfredo Palacio, ex – Presidente de la República y afamado médico, titulado: “Biología de un Nuevo Orden Mundial”, motivo por el cual hacemos las siguientes reflexiones:
Se ha dicho que, por el título de una obra, cuando está bien impuesto, se puede deducir fácilmente la idea matriz alrededor de la cual el autor culminó su obra. En efecto el Doctor Palacio considera, y con razón, que la Ciencia de la Vida es decir la Biología es el mayor bien que debemos de preservar, pues, si un hombre se encuentra en estado calamitoso, por enfermedades, gases que emanan las chimeneas o las turbinas, y habita en un lugar colucionado, ya tiene sobre sus espaldas la muerte y la miseria. ¿Puede un habitante de Nigeria que no come y es el vívido espejo de su próxima extinción, gozar de libertar, tener ánimo para ejercer la libre expresión, para vivir? Definitivamente no. Primero se nace y luego se desarrolla. Ferri hace más de un siglo sostenía que en el mundo existe un determinismo que anula la libertad humana. Que libre albedrío desaparece para el hombre al momento que determinismos biológicos, políticos, sociales y culturales le niegan tal determinación, y que aún más esos determinismos confluyen en la anulación del ser humano.
Consecuente con sus ideas el Doctor Palacio expone claramente su tesis que considero oportuno exponerla y es la siguiente:
Los que mueve al mundo, preserva la vida es la Biología que se ha extendido de manera prodigiosa a tal punto que descifrado el código genético se puede predecir las enfermedades que podría padecer en el futuro un hombre, y así muchísimos otros descubrimientos en esta materia que poco a poco darán claros avances en el camino hacia el porvenir. Los científicos que dominan la física cuántica, las leyes que explican las formaciones estelares y el ancho y maravilloso mundo de las matemáticas han encontrado una partícula, infinitamente microscópica llamada la partícula de Dios. Me pregunto ese descubrimiento ¿quién tendrá que desarrollarlo y estudiarlo?: Indudablemente los sabios que conocen de biología, la Ciencia de la Vida, para apreciarla y cuantificarla.
Es pues la biología la madre de todas las ciencias, si tomamos en cuenta que las ciencias fueron creadas por el hombre y para el hombre, y que la biología existió antes que existiera la ciencia. Los primeros protohombres ¿sabían algo de ciencia?: Definitivamente no, pero vivían, sufrían y morían en consecuencia la biología es la ciencia que abarca todo el espectro humano.
Establecido esta premisa de enorme importancia, el Doctor Palacio, afirma que debemos sobre todo obstáculo mental o económico, establecer o, por lo menos comenzar a luchar por ello, es decir en un adecuamiento mundial cuyo punto de partida será la agrupación de todas las partes del mundo en un organismo que lo represente y que tenga a la biología como el protoderecho.
Soy de la opinión que esa misión la puede ejercer, o comenzar a ejercer las Naciones Unidas, organismo creado después de los horrores de la segunda guerra mundial.
Para comenzar deben los países agrupados en la Naciones Unidas, comenzar con leyes, acuerdos, tratados a reformar sus estatutos y establecer programas que no se queden en el papel sino que sean eficaces para luchar contra la extinción humana que puede producirse, para muchos filósofos la extinción humana es mucho más próxima de lo que se imagina el común de la gente, pues al cambiar climáticamente el mundo, deshielo de los polos, escases de agua, malas cosechas, atmósferas malignas, pandemias o catástrofes, cada vez se suceden con mayor frecuencia, un ejemplo de lo que afirmo es la pandemia del Coronavirus que tiene paralizada a la humanidad que emergió por primera vez en la provincia de Hubei, en el centro de China y se ha expandido a todos los continentes excepto la Antártida
Adecuado el Organismo Universal necesariamente tendrá también que cambiar la economía de los pueblos para establecer caminos que preserven la vida humana.
En estos momentos nos encontramos que la gran cantidad de medicamentos, vacunas, instrumentos de medicina son manufacturados por grandes empresas comerciales que patentan sus descubrimientos y cobran muy caro tales descubrimientos o medicamentos.
Esa es una realidad terrible que amenaza a la gran mayoría de la población mundial que nos es precisamente rica, ni mucho menos. Esto se ha producido porque los Estados dejaron de promocionar la investigación científica, por citar casos el Instituto Alemán que produjo múltiples descubrimientos o en Francia el Instituto Pasteur que también trajo mil beneficios.
Nadie reclamó la patente del descubrimiento de la penicilina, nadie intentó la patente de las sulfas, como tampoco el sabio Salk que descubrió la vacuna contra la poliomielitis. Cuando el periodista Murrow le preguntó al Salk quien era el dueño de la vacuna, es decir el que tenga la patente, Salk le respondió con una pregunta: ¿Se puede patentar el sol?
Por lo tanto, a las Naciones Unidas le corresponde en este comienzo de camino impulsar descubrimientos de la vida que no sean patentados y puedan facilitar la supervivencia.
Si la economía es una ciencia eminentemente humana, pues si no hubiera hombre no existiera economía, debe de adecuarse, ser favorable y asequible al hombre.
Por los motivos expuestos, es urgente un nuevo orden mundial para enfrentar pandemias como el coronavirus, ojalá que las Naciones Unidas cual nuevo Prometeo encienda una tea que ilumine a la humanidad
Interesante tema, sobre el estudio de la Biología, por qué el Ministerio de Educación redujo el número de horas de clases de Biología a 4 horas y la realidad en la mayoría de los colegios fiscales, según los testimonios de un buen número de estudiantes, no reciben clases porque sus profesores están dedicados a labores administrativas y en otros casos, los docentes no son especialistas.
Desde el colegio se puede fomentar más estudio a esta ciencia y aportar más a la investigación.