El matrimonio no es un juego! No es como jugar a las casitas, que somos marido y mujer y nos sentamos a tomar un tecito, nos tomamos de la mano, nos damos un besito y vivimos felices para siempre!
Tampoco es el matrimonio un volcán de pasiones, que me permite ser tuyo y que seas mía para toda la vida! Que nos de la alegría de amarnos y elevarnos a un cielo de pasiones y deseos.
¡Ambas cosas se pueden vivir sin matrimonio! ¡Cada una de ellas es maravillosa y es sublime … pero ninguna de ellas es un matrimonio!
El matrimonio es un pacto de amor, que no se realiza en la tierra! No es entre un hombre y una mujer que deciden unir sus vidas y vivir juntos en la felicidad y la tristeza, en la prosperidad y en la pobreza y demás cosas que se pronuncian!!
El Matrimonio es una promesa formal entre un hombre y una mujer, delante del Juez supremo, de Dios, sin opción a arrepentimientos, de vivir juntos y amarse por toda la existencia los dos, pase lo que pase! Es un compromiso muy serio, que implica renunciamientos de ambos lados, que significa olvido de dos pasados, que requiere el compromiso formal entre un hombre y una mujer, que desean formar un hogar, si son jóvenes para amarse toda la vida y procrear, cuidar educar y formar juntos a los hijos que nazcan de esa unión, haciéndolo con amor y firmeza, educándolos en el respeto y amor, a sí mismos, a la pareja, a los hijos, a las leyes y a los demás! Formándolos para que puedan luego formar, gracias al ejemplo recibido, a sus hijos y así prolongar su acción hacia el futuro! Esa formación debe ser con profunda fe cristiana, reconociendo que tenemos un Padre celestial, ante el cual juramos al contraer el compromiso del Matrimonio, amarnos y respetarnos toda la vida!
Si la pareja es de personas que ya no pueden tener hijos, el juramento hecho ante Dios Padre, no tiene la obligación de criar, formar y educar a los hijos, pero si es obligatorio todo lo demás. Si es una pareja joven, pero a la que Dios no le otorgó la felicidad de ser padres, existe la opción de la adopción, pero con el mismo compromiso de criarlos, formarlos y educarlos con el firme empeño de criar gente formal e íntegra en todos los aspectos, porque es nuestra obligación, como seres humanos, formar gente buena y consciente para continuar el mundo. Si la pareja prefiere no complicarse, puede vivir como la pareja de personas mayores.
¡Pero el matrimonio es un compromiso serio, es una decisión firme, voluntaria (de ambos), de unir sus vidas para mejorarlas y hacer con ellas un paraíso en la tierra!
Excelente Reflexión