Sin principios espirituales, morales y “naturales o de la Naturaleza” (este último, la Academia debe implementarlo), no respetamos al Creador y su Creación, al prójimo cual fuese su credo o no, y a los “hermanos menores”: los animales, las plantas, el agua o yaku, la tierra, el aire, los ríos, los mares, etc.
Y nos volvimos en los supuestos dueños del planeta, por nuestra ambición y corrupción sin límites. Y somos los animales más egoístas, asesinos, depredadores, destructores y contaminadores de la Familia, la Humanidad, la Tierra o Allpamama y el Universo o Pachamama.
Somos el problema y la solución del problema. Di no a la contaminación política, ideológica y al capitalismo que ambicionan tener más y no respetan al ser humano y la Familia, “núcleo primario de la sociedad” y regalo de Dios Padre como su Creación. “¡Como es la Familia es el mundo, en la cuarentena se habrán dado cuenta, Dios nos ha dado el tiempo para reflexionar”! No le echemos la culpa sólo a los demás y los políticos. Nos creemos dueños de todo y no somos dueños de nada.
Sí a Dios, a su Familia de padre y madre e hijos mujeres y varones; sí a la paz y la democracia, la libertad y los derechos humanos; sí al respeto a los padres, adultos y maestros; sí al respeto y ayuda a los más necesitados; sí al derecho a opinar y defender lo que pensamos y creemos, etc. Isaías, 5. 20-25: “Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo… Los que justifican al impío mediante cohecho, y al justo quitan su derecho… Por esta causa se encendió el furor de Jehová… “y sus cadáveres fueron arrojados en medio de las calles”. Con todo esto no ha cesado su furor, sino que todavía su mano está extendida”. Benedicto XVI afirmó que Jesús fue vegetariano, y M. Gandhi: La Tierra tiene suficiente para todos, pero no tiene suficiente para la ambición de unos pocos.