24 noviembre, 2024

Otra historia de Jesús…

Creo en dios de una manera sólida e irrefutable He tenido una vida bendecida gracias a los dones que me ha otorgado Lo que escribo no tiene ninguna connotación religiosa. No es un punto de vista sobre Dios el hijo de Dios. Es una versión histórica desde un ángulo diferente sobre la estadía de Jesús en la tierra.

En su época el promedio de vida era de treinta y ocho años. Los jóvenes eran considerados como tales, porque conservaban su dentadura. Los ancianos eran aquellos longevos que llegaban a los cuarenta años.

La gente se moría de apendicitis y granos en la cara. No existían las vacunas y los curanderos hacían sangrías a los heridos que sangraban para  salvarlos.

Estas circunstancias hay que conocerlas, para aceptar que la biblia fue escrita por hombres que lo hicieron luego de doce generaciones posteriores a la crucifixión del nazareno.

Lo que se escribió fue en base a la narrativa del mito que se transmitió de generación a generación.

Lo transcrito fue lo comunicado y agrandado, ya que no había video grabadora ni forma fidedigna de testimoniar fielmente lo que sucedió.

Esto no significa de ninguna manera que cuestiono a la biblia, sino que me limito a señalar los obstáculos reales de la situación de ese entonces para saber cómo las cosas pudieron haber sucedido.

En el pueblo Arameo había cinco clases sociales bien definidas.

Los sibaritas eran quiénes tenían los recursos económicos y vivían para los festines y sus placeres. Eran la clase dominante y se servían de los dominados.

Otra clase era la plebe. Carecían de recursos y subsistían de la manera más paupérrima posible.

Otro estrato eran los esclavos. Estos solo servían para complacer a los sibaritas y su vida no valía nada. Eran usados, ultrajados y regalados para beneficio de sus dueños.

Otros segmento más reducido eran los sicarios, que eran individuos que se alquilaban para acometer tareas específicas a cambio de un precio.

Podían matar o luchar contra quien fuere, si la paga les era conveniente.

Por último existían los sacerdotes Esenios.

Estos eran los grandes druidas que poseían el sagrado conocimiento.

Esta invalorable enseñanza solo se lo transmitían a quienes consideraban como los Mesías o ungidos por dios para poder tenerlo.

Una vez que descubrían a quien se debería otorgarle el conocimiento, lo iniciaban en el estudio de los grandes secretos universales.

También como parte de su aprendizaje les enseñaban a desarrollar poderes como la levitación,  sanación, telepatía, telequinesia, desplazamiento astral etc.

Todo esto para el actual conocimiento científico, solo es el conocimiento del uso de las funciones cerebrales que aún no son desarrolladas.

La última vez que se supo del joven Jesús, fue cuando expulsó a los mercaderes del templo.

No existe ningún registro histórico del lugar donde Jesús pasó ese período desconocido de su vida.

Según la versión Esenia, los sacerdotes habían descubierto en el joven Jesús la presencia de un Mesías.

Una vez que estuvieron seguros de ello, lo trasladaron a Egipto y en la pirámide de Keops, lo iniciaron en el camino de los iluminados. Le enseñaron el conocimiento universal que provenía de Dios y todo lo existente. Lo hicieron desarrollar sus potencialidades especiales, que eran el uso de las funciones cerebrales que muy poca gente había tenido hasta ese entonces. Le dieron una misión específica, que era la de transmitir ese conocimiento a la humanidad para liderar una nueva concepción de un dios lleno de amor, que era todopoderoso y por ello salvaría a todos lo que le creyeran.

Desde esta otra forma de la historia, el Mesías se instruyó con los sacerdotes Esenios hasta la edad de treinta y tres años, para luego reaparecer y cambiar el curso de la humanidad.

Hiso milagros, predicó su verdad y a base de metáforas trató de transmitir el conocimiento que le había sido otorgado.

Tuvo emociones como cualquier ser humano, por ser otro ser humano.

Tuvo tentaciones y se enamoró de una mujer llamada María Magdalena, con la que procreó cuatro hijos, de los cuales le sobrevivió uno.

Después de ser llevado al sepulcro, siguió con vida y fue trasladado a Egipto, desde donde lideró la consolidación de su iglesia.

Posteriormente falleció junto a los sacerdotes Esenios a la edad de sesenta y ocho años.

Para ese entonces, María llevaba en su vientre al último de sus herederos y debido a eso nace la figura del santo grial, que en realidad era el símbolo del útero de María Magdalena que llevaba en su interior al último heredero del Mesías.

En vista de las sanguinarias persecuciones que les hacían a los cristianos, María parte a Francia donde nace su hijo y funda la dinastía de los Merovingios.

Luego en secreto, fundan la orden militar de los caballeros cruzados, cuya misión era la de cuidar 

al descendiente de Jesús y también difundir su doctrina a cualquier precio.

Después de las conquistas, el grupo se consolida económica y políticamente.

Al crecer tanto, la congregación no se pudo controlar por lo que se organizaron como una orden más reducida que se denominó como los caballeros templarios, cuya insignia es la Flor de Liz y su  razón de ser es el cuidar al heredero de la dinastía.

Con el tiempo fueron descubiertos por Felipe el hermoso quién era rey de Francia.

Este los persiguió y les quitó todo lo que habían conseguido, por lo que aquellos pocos que quedaron se transformaron en la Priore de Sion, que era una secta más radical, con el mismo propósito de cuidar al sagrado hijo del ungido.

Leonardo da Vinci, Isaac Newton, Pascal y grandes personajes han pasado por las filas de la orden, que en la era post moderna se divide entre los rosacruces, masones y francmasones.

En la actualidad estas tres corrientes filosóficas de pensamiento todavía existen y persisten con las mismas regulaciones que tuvieron en sus inicios.

Lo que sí sigue siendo secreto, es la transmisión del conocimiento universal al que solo tienen acceso unos cuántos individuos y que contiene las verdades más profundas de todo lo creado.

La reencarnación por ejemplo, existía como un dogma religioso hasta que en el siglo doce el papa la prohibió por decreto. Igual sucedió con el purgatorio que fue destruido hace pocos años también por decreto papal.

Existen los evangelios secretos que no se permite publicar.

Toda historia tiene dos historias.

Cada cuál es libre de creer lo que le parezca y la forma como entienda a dios es personal.

La relación entre el hombre y dios solo le compete a su conciencia.     

 

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2 comentarios

  1. No puedo darle ni un poco de credibilidad a alguien que ni siquiera tiene la delicadeza de cuidar su ortografía. Solo uno de los varios ejemplkos en este escrito: «Hiso milagros». ¡Por favor!

  2. Disculpe pero creo en Dios y lo escribo siempre con mayúscula su primera letra, ademas Jesús fue el Hijo de Dios, no es Dios el hijo de Dios.
    Pero bueno su punto de vista es ese y espero que sepa lo que hace

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