22 noviembre, 2024

Rocafuerte escritor

Él regresó de Europa en 1807, después de terminar sus estudios, se refugió en Naranjito, para atender los negocios de la hacienda de su familia. En palabras de Pedro  Moncayo”…Allí, contemplando los bosques frondosos de la zona tórrida, esos campos floridos aunque desiertos y solitarios, esas praderas inmensas, capaces de contener por sí solas una nación entera de emigrados[…]allí decíamos, el joven americano, entregado a sus tristes meditaciones, comparaba el diferente destino de las dos Américas: la una, grande próspera y feliz por la libertad (se refiere a EEUU); la otra, abyecta, pobre y desgraciada por la servidumbre, contraste verdaderamente afectivo para quien había visto de cerca el inmenso poderío de la primera y abatimiento de la segunda”. Teniendo tiempo para escribir, Rocafuerte no lo hizo. Pasaría más de una década para convertirse en un prolífico escritor. Seguramente la principal razón fue el temor de ser encarcelado. Necesitaba un entorno favorable para sacar la poderosa arma que en su interior guardaba, su pluma. Rocafuerte conoció  a intelectuales y revolucionarios liberales, la mayoría había estado en las cortes de Cádiz representando diferentes regiones. En España, Rocafuerte y otros, mostraron oposición a Fernando VII; ante el temor de ser encarcelados escaparon a Londres, Rocafuerte lo hizo a través de los Pirineos, para crear sociedades secretas; esa ciudad se convirtió en el primer centro revolucionario. Los hispanoamericanos también se auto exilaron en ciudades estadounidenses. Rocafuerte los acompañó después de una década. Ellos no se establecieron en Estados Unidos sólo para estudiar el sistema de gobierno, instituciones y gobernabilidad; lo hicieron por ser cuna de libertades y para difundir desde allí su pensamiento liberal a la América Española. La ciudad predilecta fue Filadelfia, otrora la capital. Para allá se dirigió Rocafuerte, con el tiempo se creó una especie de logia; se reunían frecuentemente, tenían tertulias, escribían y publicaban. En esa ciudad Rocafuerte escribió sus primeros libros  e hizo importantes traducciones. En menos de 15 años el grupo de americanistas publicaron más de 100 libros y panfletos. 

El primer libro publicado por Rocafuerte en 1821 fue Ideas Necesarias a Todo Pueblo Americano Independiente que quiera ser Libre (183 páginas). Parte de la introducción: “Amados  paisanos  míos:  no  cabe  en mi  pecho  el vivo  gozo  que  experimento  al saber  que  tremola  ya  el  glorioso estandarte  de  la  independencia  sobre  las  risueñas márgenes  del  caudaloso  Guayaquil. Permitidme  que  desde  esta  capital  de  Pensilvania os  envíe  mi  más  expresivo  parabién,  acompañado  de  los  ardientes  votos  que  dirijo  al cielo  por  la  felicidad  de  mi  patria,  ¿ Y  en dónde  puedo  encontrar  recuerdos  más  sublimes,  lecciones  más  heroicas,  más  dignas de imitación y ejemplo,  y  ejemplos  más  análogos  a nuestra actual  situación  política,  que  en  esta  famosa  Filadelfia ? Sí,  en  esta  misma  ciudad,  asilo  de  los oprimidos, centro de las luces,  baluarte  de  la  Iibertad,  el  genio  de la  independencia,  venciendo  las  arraigadas preocupaciones  y las  ilusiones  de  la ignorancia,  alzó  el  4  de  julio  de  1776  su  augusta voz,  y  con  majestuoso  acento  tan  fuerte  como el trueno,  y  tan  grato  como  la  armonía del cielo,  dijo  al género  humano  reunido: Tiemble  la tiranía,  húndase  en  los abismos  el  monstruo  feudal,  desaparezcan  los falsos  y  oscuros  dogmas  de  la  legitimidad  a  la brillante  luz  de  las  sublimes  verdades…” En la obra Rocafuerte se refiere al extraordinario progreso 45 años después de la Independencia de Estados Unidos y critica a los ideólogos de la Revolución Francesa, los llama hipócritas, ambiciosos y monstruos de la humanidad. El libro fue dirigido a los hispanoamericanos: “Si esta es la verdadera marcha del siglo y del entendimiento humano, si la Europa va aligerando sus cadenas […]¿no sería el colmo de la estupidez que tratándose ahora entre nosotros, de formar un buen gobierno, nos desentendiésemos de este admirable modelo (se refiere al estadounidense), y nos obstinásemos en preferir las bárbaras, ridículas y mohosas instituciones de la apolillada Europa?”. Su obra es un elogio al sistema de gobierno de Estados Unidos, admiración a sus patriotas  y valores de ese pueblo. Esta obra tiene como anexo, la traducción al español de la Constitución de los Estados Unidos y un resumen de la obra de Thomas Paine, Instinto Común. Entre quienes recibieron ejemplares fueron los mejicanos Santamaría, Arispe, Victoria y Guerrero, para repartirlos en Méjico. Ellos participaron activamente en la independencia de ese país. En el mismo  año, Memoria Político-Instructiva (137 páginas); en 1822, Bosquejo Ligerísimo de la Revolución de Méjico (321 páginas), se refiere a los perjuicios de la monarquía causados en sus colonias, censuró a Iturbide y propuso lo que Méjico debía hacer para la unidad de todas las facciones insurgentes, el Plan de Iguala de 1820, no se estaba cumpliendo. 

En 1823 escribió el Sistema Colombiano que más Conviene a la América Independiente (227 páginas), dedicado a José Fernández Madrid, colombiano, médico, poeta y uno de los que luchó por la Independencia de Cuba. En el prólogo, Rocafuerte anota: ”Pues que nadie mejor que tú conoces la pureza de mis intenciones, y mi ardiente entusiasmo por la Independencia y felicidad de América,[…] Deseo merecer el honroso título de buen Patriota[…], consagrando a nuestra Patria como ciudadano independiente y libre,[…] creo sin embargo poder ser de alguna utilidad, generalizando conocimientos y propagando ideas, que por ser en su mayoría de hombres célebres, y lo que es mas, hallarse comprobadas por la experiencia, me parecen las más conducentes al feliz establecimiento de los gobiernos en América. Persuadido según mis cortos alcances de que el mayor mal que puede sobrevivir a una nación, es el de estar en un error de legislación, y equivocar las bases de su Constitución, por que son males que después se convierten en incurables…” Rocafuerte se refirió a la constitución estadounidense como superior a las demás y llama “imitación hermosa” a la colombiana por ser basada en la estadounidense; la considera superior a la española y francesa y para él puede servir de modelo a los demás gobiernos a establecerse en América Latina. Rocafuerte escribió sobre la importancia de la legislación y republicanismo. Criticó las costumbres heredadas en las nuevas repúblicas como la forma de vestir de las mujeres limeñas que incluyen manto. Afirma: “…este continuo disfraz las predispone a la hipocresía…”. Recomendó la necesidad de cambiar las costumbres en general y a las mujeres obligarlas a andar por las calles con la cara descubierta. Rocafuerte asimiló la cultura política, económica y social estadounidense, deseaba que  ella fuera replicada por las repúblicas latinoamericanas. Pocos años después, el francés Alexis de Tocqueville escribió La democracia en América admirando el sistema estadounidense. Esta obra fue traducida a numerosos idiomas. La obra tenía como objetivos hacer cambios en Francia. Las de Rocafuerte quedaron en el olvido; sorprende que el Banco Central que hizo enorme inversión en publicaciones, no  incluyó libros de Rocafuerte. 

A 1823, por sus obras escritas además de las que ayudó a financiar a sus colegas, Rocafuerte se había hecho de fama.En la segunda mitad del año hubo una reunión en su casa en Filadelfia,participando José María Salazar, Ministro plenipotenciario de Colombia en Estados Unidos y el Coronel Leandro Palacios, Cónsul general,quienes invitaron a Rocafuerte a liberar Cuba.Otros cubanos radicados en Filadelfia también participaron en el movimiento independentista. A pesar de estar en la cuna de las libertades, no aparece su nombre en todas las obras escritas; en la mayoría usa anagramas y seudónimos: NORAAJEB (anagrama de Bejarano), José Bejarano, nombre y apellido de su madre, TERACROUET (compuesto de Roca-fuerte); también el seudónimo Un Americano. Seguramente hay obras de Rocafuerte que todavía quedan por descubrir. Después de dejar EEUU, en 1826, escribió Cartas de un Americano sobre las Ventajas de los Gobiernos Republicanos Federativos; 1831, Ensayo sobre la tolerancia religiosa (345 páginas) y el mismo año Consideraciones Generales sobre las Bondades de un Gobierno Aplicadas a las Actuales Circunstancias de la República de Méjico (panfleto). 

Mientras vivió en Cuba escribió en el periódico El Argos y cuando representaba a Méjico en Londres, apoyó financieramente a los hermanos Joaquín Lorenzo y Jaime Villanueva, quienes desde esa capital publicaron Ocios de Españoles Emigrados. La publicación tuvo fuerte oposición, sobrevivió por el apoyo financiero desinteresado de  Rocafuerte. En la primera edición se explica el por qué de tan curioso nombre: “El ocio suele debilitar a muchos el vigor del espíritu […]. Nosotros por la misericordia de Dios, viéndonos en tierra extraña, aunque tan amiga, y hallándonos sin ocupación forzosa, hemos echado mano de otra voluntaria, siguiendo en esto el impulso de una como segunda naturaleza, que tal llegó ya a ser la costumbre de trabajar, comunicando a nuestros semejantes lo poco que sabemos”. Lo curioso de la relación de Rocafuerte con los hermanos Villanueva es que estos eran clérigos y Rocafuerte, masón.

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