Muchos economistas han expresado un sinnúmero de veces que, en el contexto de emergencia COVID-19, una de las consecuencias más perjudiciales será la situación de pobreza a que se verá arrojada la población por la pérdida, parcial o sustancial, de sus ingresos. Los índices de precariedad laboral, aumentada por la crisis sanitaria, han hecho que muchas personas económicamente activas hayan quedado excluidas del aparato productivo por carecer de acceso a los recursos tecnológicos y no poder trabajar desde sus hogares. Por otra parte, los “interconectados” que se mantienen gracias el teletrabajo se han visto obligados a asegurar la comunicación por medio de vías virtuales durante este prolongado periodo de tiempo, con su costo respectivo. En las familias, con hijos en edad escolar, esta nueva de forma de “estar en casa” ha sido una constante que se ha asumido como lo cotidiano.
Pero, las condiciones en el sector educativo están lejos de ser óptimas. La dificultad de conectividad, la falta de actualización de los equipos tecnológicos disponibles en los hogares y el manejo de las herramientas tecnológicas para la educación desde casa hacen que el gobierno vuelva la mirada a la radio y televisión como una alternativa a la educación remota de emergencia. Efectivamente, la radio primero y luego la televisión fueron en las décadas de los 70, 80 y 90 importantes herramientas didácticas para aquellas personas que no podían recibir la educación presencial y que mayoritariamente se encontraban en lugares inaccesibles de la geografía ecuatoriana.
Hoy en día, en este contexto de emergencia y ante la dificultad de conectividad -según el INEC para el 2018 apenas había 37,2% en el país-, la radio y la televisión han dejado de ocupar un lugar relegado en la educación y se hacen esfuerzos, al menos desde los sectores oficiales de la educación, de recuperar su valor como herramienta pedagógica para educar a niñez y juventud de familias de bajos ingresos. Sin embargo, pese al alto potencial de comunicación de estos medios, la radio y la televisión están siendo poco utilizadas en las escuelas, ya sea por desconocimiento de las programaciones, por la inadecuación de horarios de emisión de programas aptos para estudiantes, la poca sensibilidad de las emisoras comerciales ante el mundo escolar o la escasa formación de los profesores para el manejo de estos medios como recursos educativos (Zaruma, 2020).
A esto se puede añadir, lo advertido por Delorme (2013) refiriéndose a la radio para uso educativo de los niños -y puede también aplicarse, sin problema, a la televisión-, que está centrada “en los gustos de los adultos, se dirige a los mayores de quince años, ignorando a los más pequeños”. Y aunque en la Ley de Comunicación indique expresamente que los medios de comunicación promoverán de forma prioritaria el ejercicio de los derechos a la comunicación de las niñas, niños y adolescentes, atendiendo el principio de interés superior establecido en la Constitución y en el Código de la Niñez y la Adolescencia (LOC,2013, art.15); existen estudios muy aleccionadores sobre el bajo nivel de impacto formativo que tiene la radio (Zaruma, 2020; Kaplúm, 2001) y la falta de relación entre calidad y contenido de la televisión en nuestro país (Maruri et al, 2015; Casero-Ripollés, 2020).
Otro factor estrechamente ligado a la educación y que se merece destacar en la coyuntura del COVID-19 es la pérdida de relevancia ética que han experimentado los medios de comunicación masivos -entre ellos la radio y la televisión- como fuente de confiable de información para los ciudadanos. Según Casero-Ripollés (2020), la aparición de nuevos hábitos de acceder a la información sobre el acontecer social está cambiando la forma en la que los ciudadanos atribuyen veracidad a la actualidad. Cada vez son más las personas que construyen su opinión “desde el infoentretenimiento, la sátira política y de las noticias falsas provenientes de las redes sociales”.
Pese a esto, desde el 23 de marzo de 2020, el Ministerio de Educación ha vuelto a disponer la transmisión de programas y segmentos educativos para el público infantil. VeoVeo, El Taller de Papo, Cuenta y te cuento, Yo soy hecho en Ecuador y Chao Pereza -que son parte de “Educa”, un espacio difundido por el Ministerio de Educación desde el 2013- buscan una relación conjunta entre la comunidad educativa y los medios de comunicación abordando temas de interés que acompañan el proceso de enseñanza y aprendizaje en el aula para los más pequeños. Según la Ministra de Educación estos programas se transmiten en 160 canales de televisión con cobertura local, regional y nacional, de lunes a viernes, con una duración de 1 hora y sin cortes comerciales. Además, se cuenta con un canal digital que está activo las 24 horas del día. A este grupo se unen unas mil radiodifusoras de cobertura nacional, regional y comunitaria que difundirán estos programas educativos y otros diseñados específicamente para la radio en segmentos de 20 minutos, tres veces al día, de lunes a domingo (El Universo, 2020).
Pero, parece ser que estos intentos no están siendo del todo eficaces. Hace pocas semanas se les preguntó a 382 padres de familia, los cuales en su mayoría oscilaban entre 31 y 40 años, que tenían niños de edad escolar de primero a sexto de educación básica en un centro educativo privado de la ciudad de Cuenca, que contestaran a la pregunta sobre la percepción que tenían de la utilidad de los programas de radio y televisión propuestos por el Ministerio de Educación diseñados para afrontar la crisis sanitaria. Sus respuestas fueron desalentadoras. El 24% respondió que los percibía como “nada útiles”, el 26% como “muy poco útiles” y el 30% como “poco útiles”. Si se suman estos porcentajes tenemos que, existe un 80% de una percepción poco favorable sobre el beneficio de estos programas.
Obviamente no son resultados concluyentes y habrá que seguir investigando sobre los efectos que producen los programas educativos diseñados o reciclados para afrontar la inasistencia a la escuela en los lugares con dificultad de acceso y con los excluidos de conectividad. Lo que sí debemos estar seguros es que la radio y la televisión no pueden permanecer ajenos a este cambio. Y desde la coyuntura educativa se debe hacer todo lo que esté a nuestro alcance para contribuir, durante periodos de confinamiento -los actuales y los que posiblemente vendrán-, con algunas pistas para que los medios de comunicación masivos contribuyan a la educación de los excluidos tecnológicos, se reformulen contenidos culturalmente atractivos para todos los públicos y abonen el terreno para la generación de una ciudadanía éticamente informada.
Referencias
Casero-Ripollés, Andreu (2020). “Impact of Covid-19 on the media system. Communicative and democratic consequences of news consumption during the outbreak”. El profesional de la información, v. 29, n. 2, e290223. En línea: https://doi.org/10.3145/epi.2020.mar.23
Delorme, M. (2013-02-13). “La radio para niños, una escuela sin paredes”. UNESCO. En línea: https://bit.ly/2EYzW3b
El Universo. (22 de Marzo de 2020). Ministerio de Educación con nuevas acciones a propósito de la emergencia sanitaria. El Universo. En línea: https://www.eluniverso.com/guayaquil/2020/03/22/nota/7791912/ministerio-educacion-nuevas-acciones-proposito-emergencia
INEC. (2019). “Encuesta de Seguimiento al Plan Nacional de Desarrollo. Indicadores de tecnología de la información y comunicación”. Boletín Técnico. Quito, INEC.
Kaplúm, M. (2001). “A la educación por la comunicación”. Quito. CIESPAL.
Marín, I. (2019): “Pasado, presente y futuro de la radio”. En Tito Ballesteros López y Graciela Martínez Matías (Coord.) ¡La radio vive! Mutaciones culturales de lo sonoro. Quito: CIESPAL. Págs. 9- 12. https://bit.ly/35VuKbo
Maruri, M., Granados, M., & Real, L. (2015). Congreso Internacional «Comunicación e Integración Latinoamericana desde y para el Sur». Imágenes de la diversidad. El caso de Educa y la televisión pública ecuatoriana como constructoras de identidad nacional (págs. 129-148). Quito: CIESPAL.Zaruma, J. (2020): “La radio como recurso pedagógico en estudiantes lojanos”. Revista Atlante: Cuadernos de Educación y Desarrollo (abril 2020). En línea: https://www.eumed.net/rev/atlante/2020/04/radio-recurso-pedagogico.html