En la vida, todo es una lucha por alcanzar el poder
El deseo de alcanzar el poder es una de las motivaciones primarias del ser humano, que implica capacidad para imponer decisiones a los demás: en el ámbito público y privado; en el sexo y en temas relacionados con el dinero, hecho que constituye un “juego” muy disputado y la razón de ser, de los seres humanos.
Para entrar al “juego” resulta necesario reconocer la oportunidad en un determinado círculo de acción, así como la dinámica y el mecanismo para utilizar las oportunidades, pues aquello conlleva al éxito o al fracaso.
A algunas personas les resulta fácil, mientras que a otras, el intento deriva en fracaso. Lo importante radica en el conocimiento de la sociedad en que uno vive y saber utilizarla en beneficio propio, sin importar cómo, lo que da como resultado un juego cruel, más aun si a los que no lo logran, tienen que someterse a los que lo usan sin escrúpulos.
La diferencia entre los que tienen escrúpulos y los que no los tienen, radica en su formación en principios y valores, me refiero a todos aquellos que debieron ser materia obligatoria de su educación durante los primeros años de su vida, aquellos que impartían los padres y complementariamente, los profesores en las escuelas y colegios, pero sobre todo, aplicando la regla de oro relacionada con el hecho inequívoco de que el ser humano es más proclive a aprender con el ejemplo, es decir aquello que se pregona y se practica.
Por el contrario desde hace muchos años hemos ido de mal en peor, pues se han perdido principios y se ha entronizado la sinvergüencería, el cinismo, la mentira y han muerto el decoro, la sensibilidad, la honorabilidad, la transparencia, la ética, que caracterizaba a aquellas personas que cuando sus actos eran criticados con comentarios que siendo verdad afectaban su accionar, daban un paso al costado.
Ahora nada les importa ya que se ha ido entronizando la impunidad, convirtiendo todo acto ilícito en un objeto negociable con aquellos que tienen la capacidad de ejercer el control y la sanción.
No es que antes no existían desajustes de conductas, sino que ahora con mayor población a la caza de una oportunidad y con la facilidad de conocer en tiempo real lo que ocurre en el mundo, el ciudadano esta mejor y más rápidamente informado, existiendo entonces la percepción de que los actos indebidos han proliferado hasta el punto de convertirse en una conducta social generalizada.
El comportamiento de los seres humanos en grandes masas o en pequeños grupos sociales, a veces cambia diametralmente de las de cada una de las personas que los componen, convirtiéndonos en manadas, listos para iniciar la cacería. A esto se suma como factores a considerar, el enorme crecimiento de la población mundial y la espantosa falta de oportunidades para una subsistencia digna.
¿QUE HACER? Propongo analizar y buscar alternativas con cambios que, por las limitaciones de espacio, me reservo para otra oportunidad. Sin embargo enumero, algunos de ellos: sistema constitucional unitario existente, por otro federalista más comprometido por su cercanía con las comunidades federadas; actual sistema de educación por otro que sea asequible para todos y que incluya valores cívicos y principios éticos y morales; adopción de un modelo económico y social que permita el desarrollo equitativo de todas las regiones del país; reemplazo del sistema de administración de justicia, por otro que realmente sea justo y equitativo, entre otros.
Esto último me permite hacer énfasis en los componentes del logo que representa a la justicia:
Una venda que corresponde a la acción de administrar justicia, sin mirar de quien se trata; la balanza que significa que todos debemos ser tratados por igual ante la ley; y, la espada que constituye el instrumento represivo, a través de la aplicación de penas y sanciones, para aquellos que infringen la ley.
Saludos cordiales estimado Salvador, concuerdo con Ud que se han perdido los valores, la ètica y principios. Lamentablemente la codicia de los seres humanos, hace que tengan como objetivo en sus vidas, el de tener «PODER».
La corrupciòn galopante en estos tiempos, ya no diferencia ni el gènero, ni credo ni profesiòn, todos quieren llegar a tener una vida de ricos, sin el menor esfuerzo, transparencia y honestidad.
Para que se de un cambio radical en las actitudes de los seres humanos con o sin poder, no està solamente en el cambio de la constituciòn y leyes, està principalmente en el cambio del comportamiento del ser humano, especialmente cuando se tiene oportunidad de administrar los bienes del estado.
Vivimos una crisis ètica y moral dentro de la administraciòn pùblica, y es muy indignante que dentro de los que cometen esos actos ilìcitos, estèn muchos profesionales, que un dìa juraron cumplir con principios para actuar éticamente en la profesión.
Hay que esperar que los seres humanos que estàn aspirando tener PODER, sea para servir y hacer el bien a la comunidad en donde piense actuar.
Saludos cordiales
Vìctor Hugo Bravo