Epidemias, Conflictos, Crisis, Corrupción, Caos, Conspiración, Esperanza
“La esperanza en el único bien común a todos los hombres; los que todo lo han perdido la poseen aun”. Tales
“La esperanza es el flujo de la vida. Cuando no hay lugar para la esperanza, es cuando surge la muerte”. Jorge Guillen
“Los pueblos viven sobre todo de esperanza. Sus revoluciones tienen por objeto sustituir con esperanzas nuevas, las antiguas que perdieron su fuerza”. Gustave Le Bon
He seleccionado estas tres reflexiones de grandes pensadores sobre la esperanza que es la última en mi listado encabezando esta reflexión iniciada con la palabra epidemia.
El detonador es la epidemia que evidencia las siguientes palabras de la lista que concluye con la esperanza. Entre las pandemias y la esperanza todas comienzan con C. Esta coincidencia nos indica que la pandemia, entre otras lecciones, nos hace tomar conciencia y vivencia planetaria y humanitaria. Somos una sola humanidad que un microscópico virus, natural o de creación humana, cual despertador nos abrió los ojos para visualizar a todos los países del mundo con sus virtudes y defectos, para que entendamos lo que somos en conjunto y repensemos hacia dónde vamos y qué esperamos.
Todos aspiramos un mundo mejor con justicia, respeto, igualdad de derechos y obligaciones y por supuesto de esperanzas positivas.
Aquí surge el problema, los temores y teorías de conspiraciones, las ambiciones por la insaciable codicia y poder que pretende esclavizar y controlar a esa nueva humanidad que se acercó en sus pueblos, sus diferencias, razas, religiones, educación, poderío militar y científico y un largo etcétera, pero que tienen una base común, somos todos iguales como seres humanos que compartimos una misma nave, que si queremos salvarla debemos trabajar en armonía, con equidad, compartiendo ciencia, experiencia, tecnología, conocimientos, producción y desarrollo para no alargar el listado.
Quienes quieren aprovechar las circunstancias en su beneficio y control de la humanidad para enriquecerse y aumentar su poder, matan la esperanza de lograr una nueva humanidad que no solo nos permita a los humanos vivir en paz y armonía, sino también a todas las especies de animales, plantas y hasta el aire que respiramos, sin más agresiones y destrucciones.
Si no entendemos el accionar del corona virus que nos despertó e igualó a todos, estamos condenados a desaparecer como especie en la suma de procesos descritos con las palabras que empiezan con C y termino con la última: Cavando, nuestra propia tumba y cerrando las puertas a una nueva humanidad. Con ello matamos la esperanza y oportunidad de un cambio positivo.
Amemos nuestro planeta y a nuestro prójimo y recordemos la frase de Santa Teresa de Jesús: «Si Satanás pudiera amar, dejaría de ser malvado”, no seamos satánicos.