El Ecuador es una nación en ruinas dentro de un caldero de ingobernabilidad. El país necesita dar un giro radical para emerger de las cenizas del SSXXI, versiones Rafael y Lenín. La Constitución de Montecristi, sin embargo, no servirá para el efecto. La mermada actividad económica ha disminuido considerablemente el consumo; si bien los precios tienden a la baja, la crisis ha pulverizado el empleo y la tendencia no se detendrá a menos que se incorporen grandes cambios de fondo. Se necesita ya una nueva Carta Magna de corte federalista que fomente la competitividad y recompense la productividad.
¿Cuál es el antídoto ante una costosa mano de obra? Importar más, pues no por ser nacionalista se deja de ser racional. El consumidor siempre comprará el mejor producto al que tenga acceso su bolsillo. Somos un país de reducido mercado que necesita exportar para lograr economías de escala. No se logra exportar más sin apertura para importar, cuyas trabas son verdaderos limitantes del desarrollo. Ya está demostrado que las salvaguardas promueven el contrabando y no le hacen ningún favor a la industria, todo lo contrario, la deprime aún más. El industrial debe encontrar nichos de mercado en el que pueda ser rentable, generando trabajo y también riqueza.
Lenín preside un Gobierno epítome de la degeneración de los valores civiles. El desafío de un país serio debe estar centrado en la lucha contra la corrupción, el establecimiento de la institucionalidad y la generación de crecimiento económico. #quiénentrególoshospitales?
La solución del país pasa definitivamente por el rescate de los valores Éticos, sin los cuales ninguna sociedad puede progresar así tenga gobiernos Federales. En la lucha contra la CORRUPCIÓN, debe estar orientado el norte de la Sociedad a través de la transparencia, de procesos como el de la iniciativa del Medio Digital «La Posta», que tiene una sitio donde se puede denunciar actos de corrupción, los mismos que deberían ser canalizados a la Comisión Cívica de Lucha Contra la Corrupción, misma que debe ser apoyada económicamente de parte de los gestores de opinión y de la misma sociedad, esta es una iniciativa pero estoy seguro de que se puede lograr más si todos no empeñamos especialmente los gestores de la Opinión Pública en ser constantes en la lucha contra la corrupción