Muchos dirán que el pensar en las futuras elecciones y en los candidatos es un tanto apresurado, pero si observamos el panorama político, económico y social del país, la incertidumbre va tomando cuerpo en los ecuatorianos.
La declinación de Jaime Nebot fue un motivo adicional para la incertidumbre, ya que si bien están surgiendo candidatos a millares, también no es menos cierto que dichos candidatos son, o los mismos de siempre cuya capacidad esta seriamente cuestionada o personajes conocidos en su casa a la hora de cenar.
Pero mas allá del problema que representa el escoger un candidato a la presidencia, la mayor dificultad estará en seleccionar a los futuros asambleistas. Algunos de los actuales ya se están apuntando a una reelección. Otros resultaron ser unos verdaderos incapaces, y los que no parecían son tránsfugas están saliendo a la luz en los últimos días.
Una vez mas los integrantes de la Asamblea, salvo honrosas excepciones, resultaron un verdadero fiasco. El resultante es la poca moral que se ha observado, no solo con lo de los diezmos, negociados de puestos en sus provincias, sino por ultimo con el carnet de discapacidad, la que al margen de los problemas físicos, resulto absolutamente intelectual.
“Las elecciones del 2021 son cruciales para comprometernos por un desarrollo que promueva la dignidad humana. Es tiempo de decir basta a los candidatos impresentables. ¿Es que acaso la mediocridad es la vara con la que se ha de medir nuestras aspiraciones? Si la política la entendemos como la ciencia y arte de hacer el bien común para alcanzar el bienestar de las personas, ejerzamos ese derecho como corresponde. No es tiempo para acentuar divisiones. Tampoco para el silencio y pecar de ingenuos”. (Gustavo Calderón S. SJ)
Por ultimo, se han puesto a pensar de donde saldrán los candidatos a asambleistas si los personajes de la farándula están involucrados en los negociados de la compra de insumos y equipos del IESS?, Aparentemente solo quedaran los payasos que son los únicos que con el cierre de los circos están sin camello.
