¡Es inaudito!, es decir, que no puede admitirse, tolerarse y merece ser rechazado, que la Organización de las Naciones Unidas, la mayor organización internacional existente, creada para mantener la paz y seguridad internacionales, y defender los derechos humanos del mundo entero y de todos los habitantes, haya pretendido presionar a los Gobiernos para que se asesine a los niños, es decir, que se vaya contra los propios derechos humanos de los seres vivos.
Es de conocimiento mundial, por más que se quiera insistir en lo contrario, que la vida humana comienza en el instante de la fecundación del ovulo por el espermatozoide, lo que se prueba por el haz luminoso que desprende el ovulo en el mismo instante de la fecundación. Desde ese mismo momento, cada duplicación celular que se produce está destinada a ser parte de un órgano o de una parte del cuerpo de ese ser humano.
Pretender decir que el ser humano dentro de la madre no es más que un grupo de células sin vida, sólo demuestra una ignorancia sublime o la mala intención que pretende justificar un asesinato. Es lo mismo que si yo dijera que el Señor que espera agazapado detrás de un árbol, para matarme, no es más que un saco de células, y que yo puedo matarlo impunemente. Ese saco de células siente, piensa, ¡vive! ¡Quién sabe si después de unos años, ese saco de células, ya convertido en Médico sea el que te salve la vida!
¡La maravilla más grande de la creación es el ser humano! La forma como está dispuesto cada órgano, cada parte, es el resultado de una obra de ingeniería perfecta. Y si nos adentramos dentro de ese ser humano en formación y vemos con que perfección se van uniendo las células para formar cada parte del mismo, de su cerebro, de su corazón, de sus pulmones, de cada parte de su ser.
Pretender decir que el individuo que está en el vientre de su madre no es un ser humano igual que usted o que yo, es una aberración rayana en el cinismo.
Desde hace algunos años, las Organizaciones Internacionales, como la ONU, han sido secuestradas por gente que busca la destrucción de las infraestructuras y las bases morales en las que se ha asentado el mundo. Se busca destruir la moral, la religión, el respeto al ser humano, la familia, los conceptos de integridad, honestidad, buen vivir y respeto.
Con la excusa de defender a las minorías, quieren destruir lo establecido: la familia, las costumbres, los principios y valores innatos del ser humano.
El único asidero que argumentan los asesinos en nuestro país, es en el caso de violación (lo que es la puntita del ovillo, para luego justificarlo por otras causas). Hay grupos más monstruosos como el partido demócrata americano, que pretende que se legalice ¿el aborto? hasta el momento del parto, es decir, esperar que nazca la criatura (tal como espero que pase por mi lado mi enemigo), para asesinarlo.
Es increíble que una Organización creada para defender los derechos humanos, pida legalizar el asesinato de un ser indefenso por el sólo hecho de poder llegar a ser (a lo mejor), un estorbo para la vida de otro ser humano.
No comparto su postura. Es un tema de debate que sólo debería competerse a las mujeres.
Es como que las mujeres quisiéramos debatir que a los hombres desde la edad de los 12 años (edad en que podrían engendrar) se les aplique la vasectomía, y en todo caso cuando decidan tener hijos la reviertan (dado que la vasectomía si puede ser revertible). Discutamos y pongamos esa opción sobre el cuerpo de los hombres.