… “¡ella vive otra realidad!”
¿Cuántas realidades existen… me pregunto? ¡Qué disquisición filosófica!, en efecto estamos frente a una afirmación digna de un estudio profundo de naturaleza psicológica y neurocientífica… o es tan sencillo como salir del paso a una pregunta inquisidora de un periodista o tal vez el afán de justificar lo injustificable…
Pero, el asunto es más serio y grave de lo que imaginamos. Existe mucho más en el fondo de tal afirmación… Todos los días, podemos ver en las entrevistas televisivas a personas –y muchas de un tiempo a esta parte- con gran seriedad en sus rostros, amenazantes, nerviosos, irónicos y hasta agresivos –hombres y mujeres- que nos dicen en nuestra cara que lo que estamos viendo no es real, que es otra realidad… políticos, abogados, médicos, autoridades ministeriales y de gremios, personas sentenciadas por la ley, se presentan en medios y nos dicen… ¡no!… lo que ustedes están viendo es “otra realidad” y forzando explicaciones pseudocientíficas nos dejan perplejos y en algunos casos nos hacen dudar de nuestra mente… ¿será que estamos enloqueciendo y que lo que vemos, lo que tiene pruebas irrefutables… es otra realidad? Observo también que los periodistas, los entrevistadores por momentos parecen no entender y en otras se ven arrinconados literalmente por la fuerza del personaje, que le dice con descaro a veces y con ruindad en otras… ¡está equivocado!, yo soy el que tengo razón… y el entrevistador debe ser muy preparado y muy firme en sus criterios como para no caer en provocaciones y perder el control…
El auge de las redes sociales les da ventaja a los bribones, mucha gente está deseosa de escuchar al desafiante, al bravucón, al manipulador y hasta aplaude sus falacias, pues en su gran mayoría no hay pensamiento crítico que ayude. Los “me gusta” y las reproducciones en las redes sociales alimentan el ego del “valiente” y lo cierto es que al final pareciera que en efecto lo que vemos no pertenece a la esfera de la realidad… ¡es otra realidad!… me pregunto si esto también impresionará a los jueces… después de todos son personas comunes y corrientes que han estudiado para “cumplir la ley” y debe sorprenderlos estos individuos con su audacia para decirnos en nuestra cara que lo que vemos, lo objetivo, lo que tiene evidencias y pruebas… “es otra realidad”. ¿Cómo impartir justicia entonces?
Me preocupa enormemente estos “detalles” que parecen pasar desapercibidos para la gran mayoría de la gente, en algunos casos escucho decir… “es una locura”, “no hay que tomarlo en cuenta”, “ya pasará”, pero el tema no es tan sencillo, cada vez más va sentando raíces como concepto en la cultura popular, pronto pasará a ser parte de la relación entre padres e hijos, en la pareja, en la empresa, en la vida misma… aparentemente es otra faceta de la “viveza criolla” y debemos prepararnos para enfrentar algo que desde todo punto de vista confunde y estremece a una sociedad ecuatoriana carente de liderazgos de opinión éticos que marquen el derrotero a seguir. ¿Es que no hay en quien creer?
Cuando converso estos temas veo que hay en general tres tipos de contertulios, los que ven este tema como un gran obstáculo para el crecimiento social y por ende hay que hacer algo para corregirlo, los que se adaptan a la corriente y lo ven como posibilidad de “distraer”, para producir “noticias” que vayan aminorando la preocupación por los grandes negociados, por los temas de importancia, por los reclamos y dudas. “Circo y más circo dirían los romanos”. También hay personas que los imitan y ven en estas conductas deleznables la posibilidad de burlarse de otros, de “verle la cara de tonto”, “de confundir” y hasta de usar lo comentado aquí como una estrategia política pues ya se acercan las elecciones. El punto es que cada vez hay más gente tratando de convencernos que hay “otra realidad” y que lo que vemos no es necesariamente la verdad…. Al final… ¿qué pasará con las normas, las reglas, las leyes, la Moral social, si continuamos soportando que gente desaprensiva siga falseando lo objetivo y con total descaro nos corrija?