Sin duda, el mundo acaba de pasar por momentos difíciles e inesperados; muchas familias y naciones están aún abatidas por el dolor. Perder familiares, amigos y colegas por el COVID-19 ha sido una experiencia fuerte; difícil de asimilar. Hay que darse un tiempo para reorganizar la vida y retornar a las actividades, a lo que ahora llamamos “nueva normalidad”.
Por experiencia propia puedo decir que el poder de los aceites esenciales, así como el de otras herramientas, esencias florales, meditación, lectura espiritual, hatha yoga, karma yoga, caminar, reiki, Barras de Access, etc., fueron para mi un pilar en el cual sostenerme durante todo este tiempo de pandemia, y sobre todo en la “cuarentena” (que duró más de 40 días); cuando sentía que todo tambaleaba, dentro de mí y a mi alrededor. Obviamente, el pilar principal fue la certeza de la fe.
Hemos vivido un tiempo de incertidumbre y de pérdida que a la mayoría nos ha dejado una lección; un tiempo de aprendizaje.
Pero la tristeza no puede ser eterna, ya que a las situaciones debemos ayudarlas a cambiar para bien. Estar tristes todo el tiempo no es sano. La alegría es la compañera fiel de la salud, si entendemos como salud, un estado de bienestar en todos los campos: físico, mental o emocional y espiritual.
Enfocándome más en el tema, el poder de la aromaterapia despierta estímulos olfativos concretos a través de la percepción de aromas determinados. Los aceites esenciales usados en la aromaterapia actúan sobre los planos sutiles, aprovechando los componentes aromáticos de las plantas, para dar beneficios en el estado emocional y anímico. Con solo oler una fragancia que te recuerde buenos momentos vividos, un lugar que te agrada, o una época de tu vida, por ejemplo, puedes alcanzar un estado de paz y relajación.
Los aceites esenciales poseen muchas propiedades que provocan estímulos en el ser humano y se convierten en una gran fuente de bienestar. Se suelen usar aceites esenciales en combinación para obtener distintos resultados. Uno de esos resultados es la alegría.
Son aceites esenciales de aroma fresco que consiguen serenar nuestro espíritu y evocarnos momentos de felicidad y alegría:
- Aceite esencial de limón con efecto calmante y tónico, apropiado contra el cansancio nervioso. Revitaliza cuerpo y espíritu, fomenta el buen humor y estimula la claridad de pensamiento.
- Aceite esencial de naranja: equilibra las emociones e inspira armonía, relajando tensiones y sentimientos tristes o negativos, eleva el espíritu y activa la creatividad.
- Aceite esencial de mandarina: emite un mensaje de alegría. Con su suave aroma refresca, reanima y revitaliza el ánimo, permitiendo recuperar el entusiasmo y alejar la melancolía.
Aplicar unas gotas de este aceite fresco sobre el cuerpo tras una ducha reparadora o un baño relajante consigue tonificarnos por dentro y por fuera, hidratando la piel gracias a su aporte de ácidos grasos esenciales.
A los aceites esenciales cítricos no se recomienda usarlos de día para evitar su exposición al sol, ya que los cítricos son ingredientes fotosensibles. Pero, al llegar a casa, son perfectos para calmar y restaurar la piel, a la vez que motivarnos para disfrutar de un dulce descanso.
Una mezcla de aceites esenciales para la alegría es:
Limón, Geranio y Bergamota, exquisito aroma refrescante ideal para levantar el ánimo en momentos tristes. Esta mezcla de aceites es: purificante, estimulante y antidepresiva. Esta mezcla es para uso externo, también se puede poner en difusores ambientales para armonizar y dar el toque feliz al lugar en donde te encuentres.
Los cítricos se consideran como levantadores del ánimo. Las frutas cítricas, en general, son jugosas, de colores brillantes y ricas en vitamina C. Su sabor es fresco y sus efectos positivos son en el cuerpo y en la mente. Es por eso que su uso en aromaterapia es frecuente.
Así que a partir de ahora, limón, naranja y mandarina, por ejemplo, son tres aceites esenciales que deben estar en nuestros hogares y lugares de trabajo, para levantar el ánimo, dar bienestar y armonía, un toque de alegría y una sana relajación.
Todo esto ayudará a que nuestro sistema inmune se fortalezca y las afecciones, sean virales o de otro tipo, se mantengan a distancia. La alegría es también uno de los pilares del sistema de defensas del organismo. Con el uso de aceites esenciales traemos alegría a nuestro cuerpo, mente y espíritu, y nos vamos a sentir mucho mejor, superando esta dura prueba que acabamos de pasar.
Los aceites esenciales cítricos se usan, además, para armonizar el estrés, para revitalizar y potencializar el buen humor.
Para conocimiento general, hay algunos aceites llamados: “aceites bíblicos de la alegría”. Algunos autores bíblicos se refieren a ellos como aceites de la alegría o de la felicidad. El Salmo 45:7 sugiere a la mirra, el aloe o sándalo y la casia.
La menta es otro de esos aceites, ya que era difundida en el tabernáculo judío, junto con el incienso sagrado que contenía gálbano, olíbano y ónice. Como se conoce, muchos de estos aceites usados en tiempos bíblicos elevaban el ánimo y disponían el espíritu para armonizar con la presencia de Dios, entre los que están: jazmín, manzanilla romana, palo de rosa y rosa.
Hay una mezcla comercial, llamada “Joy”, alegría, que tiene los siguientes componentes: bergamota, mandarina, limón, ylang ylang, geranio y palmarosa; es un estimulante eficaz del estado de ánimo.
Motivémonos a usar los aceites de la alegría, sobre todo ahora, en este mundo triste. Los invito a comprobar con su experiencia, las palabras del rey Salomón: “el perfume y el incienso, alegran el corazón” (Proverbios 27:9).