Ecuador: el país de las persecuciones políticas

Asusta en verdad el asunto: ¡En Ecuador no hay pillos, ladrones, ni delincuentes! El gravísimo problema del país, es la inmensa cantidad de perseguidos políticos, pese a que llevamos casi tres lustros gobernados por el mismo partido político.

Ya sólo falta que los sicarios y las mulas del narcotráfico, se declaren perseguidos políticos, que, al parecer, es la profesión más lucrativa del país, al menos por la cantidad de “angelitos” que se consideran perjudicados por esa causa.

¿Cómo es posible que existan tantos “perseguidos políticos”, si es el mismo partido el que gobierna? Al parecer el problema se debe a mal reparto, a fraccionamiento del grupo, o a una angurria personal de uno o varios de sus miembros. La pelea entre las cabezas principales, es indudable que son parte del “tongo” orquestado para poder mantenerse en el poder, ya que, con tanta pillería anterior y actual, si el Gobierno no denuncia (que es lo único que hace), quedaría como cómplice involucrado.

Parece que vamos a llegar al fin de este periodo presidencial, sin nadie preso y sin que se haya recuperado medio centavo partido por la mitad, de lo que los magos de la Revolución Ciudadana han saqueado de las arcas del Estado. Todo quedará en denuncias, porque como todos tienen “rabo de paja”, nadie se acerca al fuego, y nadie es tan loco como para denunciarse a sí mismo.

¿Habrá esperanzas, pensando en el próximo cambio de Gobierno? ¡Todo da para suponer que no!

Al parecer, están todos tan interesados en llegar a la teta, que la pelea es por quien será el siguiente, no por quien se lleva el honor de recuperar algo de los miles de millones desaparecidos de las arcas del Estado.

La corrupción ha llegado a tal punto, y nuestras leyes son tan flexibles como palmeras que se mecen con el viento y el modus vivendi de las gordas ratas políticas ha ganado tanta aceptación, que ya mismo veremos que el número de candidatos para terciar en las futuras elecciones, va a ser más alto que el número de votantes. ¡Todos se sienten capaces para ocupar la Presidencia, aunque ninguno tenga idea de lo más elemental que se requiere para gobernar un país! Todos han aprendido por las clases prácticas de la Revolución Ciudadana, como se roba y como se lleva. Hay algunos pupilos que se han ido adhiriendo al grupo, y están fresquitos, esperando que les toque el momento de pegarse a la teta de Mamá Estado.

Después, cuando los persigan y los acosen, darán la misma excusa que dan los de ahora: ¡SOY UN PERSEGUIDO POLÍTICO!