22 noviembre, 2024

¡Escoger al ladrón!

¡Esta elección iba a ser trucha! Habiendo tenido todo para que triunfe la mafia, parece que a última hora se logró que no compita “il capi di tutti capi”, que en elecciones no hubiera ganado, pero con la ayuda del CNE y los apagones, hubiera repetido la elección de Lenin y, al menos hasta ahora parece que si va a haber por quien votar.

En los países de Sudamérica, en el siglo pasado, fue todo un éxito la democracia, porque permitía a sus ciudadanos, escoger al ladrón que robaría cada nuevo periodo presidencial, pero gracias al revolucionario Socialismo del siglo XXI, esta decisión ciudadana parecía que no iba a continuar. Lo hemos visto desde hace más de 50 años en Cuba, lo están sufriendo Nicaragua, Venezuela y Bolivia. Ecuador aparentemente se ha salvado, al menos hasta ahora, pero la mentira, las falsedades y el ver que aún continuamos con el mismo grupo gobernando, hacen temer que aunque sea con fraude puedan continuar.

¡Cuando ya la pandilla es la misma, lo único que cambia es la cara de tuco o la desvergüenza en la forma de robar! El gran riesgo de las mafias es la unión de ellas. Estos grupos no llegarán, como los de los narcotraficantes a eliminarse entre ellos mismos. Si eso ocurriera, como en cada lado hay poder, podrían ir a la cárcel.

Antes, uno escogía quien le iba a robar. Es más, algunos se aliaban a Fulano o a Mengano, apoyaban su campaña, para recibir la parte correspondiente de la torta. ¡Si elegiste mal, te jodiste!

Ahora, desde Chávez, Ortega, Correa, Morales, Lula, Rousseff, Maduro y otros enraizados con las FARC, o los de Puebla, o el socialismo del Siglo XXI, y otros grupos, se eliminaron las posibilidades de elección, porque es más fácil, aprovechando la palabra democracia, que se pierda la señal y que aparezca luego, dándole la elección a quien yo quiero.

Me parece muy peligroso en los momentos actuales, por la débil candidatura Republicana, lo que puede pasar en los Estados Unidos.

Ha ocurrido algo muy importante en este 2020. Por primera vez ha habido sensatez en la Centro-Derecha. Los principales grupos se han unido y hay un candidato. Con sensatez y patriotismo, dieron un paso al costado, Álvaro, Otto, Cristina, y varios más, para dar paso a la unión y presentación de un solo candidato de centro-derecha. Es cierto que hay unos chimbadores que están aún, pero son de poca valía. Son pagados por los pillos que pretenden continuar mandando. Como los ecuatorianos somos Contreras, siempre habrá “perfeccionistas” que buscarán y encontrarán un pero a cualquier candidatura. ¿Es que no podemos entender que es por eso que estamos como estamos? No es cuestión de escoger el que yo quiero, sino de escogen y apoyar, al que tenga opción a vencer a la mafia. Aceptemos la unión de la Centro-Derecha, como nuestro mayor logro. No miremos defectos, ¡hemos logrado lo más importante! Dejemos que se den las elecciones, ganemos y apoyemos todos al Gobierno entrante. Tratemos que los que salgan electos de los diferentes partidos, sean personas sensatas, honorables y honradas, que haya una buena fiscalización a estos 3 fatídicos lustros. Apoyemos al Gobierno entrante y trabajemos juntos para recuperar nuestro Ecuador.

Artículos relacionados

Hitler: 6 millones, una sola vez. Nosotros: 50 millones, cada año

Mi amigo Eduardo me ha mandado un correo electrónico con un dibujo en el que se ve a una niña junto a un anciano que tiene en el brazo tatuado un número. La escena se desarrolla en la banca de un parque.

El texto es el siguiente:

-Señor, tengo que decirle que el tatuaje que tiene en el brazo es bien aburrido, son solamente números…
-Te diré, cuando me lo pusieron yo tendría tu edad y no lo quite para que quede como recuerdo.
-Ah… para recordar tiempos lindos de cuando era niño.
-No… Para recordar un tiempo en que el mundo se volvió loco. Imagínate estar en un país donde tus propios con-ciudadanos siguen la voz de los extremistas políticos a quienes no les gusta tu religión. Imagínate que te quiten todo lo que es tuyo, que manden a tu familia a un campo de concentración donde tengan que trabajar como esclavos y luego, sistemáticamente, los asesinan. En ese lugar te quitaban hasta el nombre y te ponían un número tatuado en tu brazo. Eso se llama el Holocausto, cuando millones de personas murieron porque eran de otra religión.

El día que conocí al diablo…

Un nefasto evento ha hecho retornar mis recuerdos de cuando trabajé para mi padre en sus haciendas. Una gran experiencia que incluyó la oportunidad de una noche “conocer personalmente” al Diablo.

Las relaciones con los empleados eran excelentes y fueron mis maestros en múltiples cosas que me obligaban a pensar y respetar la sabiduría de ellos en su relación con la naturaleza.

Un día mientras visitaba la zona conocida como el estero Pital, cerca de la Carrera Sucre, que era mi deleite porque su producción de cacao superaba en por lo menos tres veces las otras adyacentes, me encontré con Teófilo Sánchez.

Saludamos muy cordialmente y me dice: don Antonio ya la muerte me está rondando. Vamos Teófilo, me parece que te golpeaste con una de las botellas. No don Antonio, todas las noches me levanto a las tres de la madrugada y cuando miro hacia allá (señalando a unos treinta metros) huelo algo raro y se ven llamaradas que iluminan toda la zona.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

×