El martes pasado mi buen amigo Paul Palacios, escribía en un diario de circulación nacional un artículo que título:” El Poder”. Me pareció interesante referirme a el por múltiples razones, pero la principal es su vigencia desde el punto de vista político.
Indicaba Paul, “Algunos se preguntarán la razón por la cual ciertas personas permanecen por muchos años en la administración pública y también en las organizaciones privadas, aferrados al poder. No permiten que se vaya formando una generación de relevo que los pueda suceder, y van creando un circulo de cómplices del estatus quo, que se nutre de las migajas que les llegan.”
Lo indicado anteriormente, se lo ve en ciertas instituciones públicas, inclusive con una Ley y un Orgánico Funcional vigente. Igual en partidos y movimientos políticos que tienen un Estatuto y Reglamento, que es ignorado y pasado como se dice vulgarmente por el forro de los c…. Tienen verdaderos amos, dictadorzuelos, que los manejan a su capricho y voluntad.
El dictador prófugo en Bélgica, ordeno quien debería ser el candidato de su movimiento borreguita. La papeleta se la trato de completar vivamente con su nombre, pero fue negado por su no presentación. Similar actitud sucede en otros movimientos políticos donde se funge realizar unas primarias, pero en realidad es el dueño el que pone a dedo al candidato.
“La actitud clásica del encaramado en el poder es hacer creer a los demás que la comunidad, “el pueblo” o los colaboradores, suplican que no se vaya, y el, complaciente, no puede despreciar tales ruegos” (P Palacios). Recuerdo a aquel dictador que convoco a una Consulta al pueblo y decía: Si el pueblo dice Si, es que si quiere que continúe. Si el pueblo dice No, es que no me vaya.
En el caso del Sector Privado, Paul reconoce que las cosas son diferentes. El dueño de una empresa, su fundador, que ha llevado el negocio a un sitial preponderante, busca crear una transición para que su obra perdure. En lo político al contrario sensum, por lo menos en este país, no se busca formar al sucesor, sino que impera el cacicazgo.
Para aquellos que se perpetúan en el poder hay que recordarles que este corrompe y es imprescindible la alternabilidad. La vanidad y el egocentrismo es un mal muy fuerte y no solo lo sufre el que lo practica sino incluso a quienes lo rodean.
La continuación de la autoridad en un mismo individuo frecuentemente ha sido el termino de gobiernos democráticos. Porque nada es tan peligroso como dejar permanecer por largo tiempo a un mismo ciudadano en el poder. El pueblo se acostumbra a obedecerle y el se acostumbra a mandarlo. (Bolívar)
El país y ciertas instituciones necesitan renovarse. Parte de la corrupción que se experimenta es por el tiempo que se perpetúan en los cargos.