Están molestos los piojos

Con infulas de Emperatriz, la Sra. Alcaldesa de Guayaquil, está sentenciando a la quiebra a los establecimientos educativos particulares. pues, contra viento y marea, les dijo: olvidénse de las clases presenciales hasta el próximo año lectivo.

Para justificar su absolutista decisión, les dijo: “No son capaces de controlar los piojos, van a controlar a los niños y jóvenes en sus escuelas”. Los sentenció a una durísima situación de disminuir drásticamente sus plantel ocupacional, en no menos del 50% de ellos, entre maestros, administrativos y personal de limpieza y por supuesto a exponerse a los exageradisimos pedidos, de liquidación de sus demandantes laborales. Por suerte La Ley humanitaria, y las laborales contemplan estas situaciones imprevistas. Les está causando a los propietarios un serio dolor de cabeza, ven que sus esfuerzos de muchos años de trabajo, se pueden ir al tacho de basura.

Volviendo al tema de los piojos, los defensores de los microbios, bacterias y virus, -especialmente de los piojos- están preparándole a la señora Alcaldesa, una demanda de daños y perjuicios, por su elevado afán discriminatorio….

Estos repugnantes animalitos, son de carácter endémico en Ecuador, en sus 3 regiones continentales.

Recuerdo que el primer día de clases, nuestra abuela, al regresar a casa, nos revisaba nuestras cabezas y de seguro que algún niño, nos había contagiado. De inmediato, al baño, y luego, con un polvo -matapiojos- nos envolvía la cabeza con una toalla, …, un par de horas y santo remedio, adiós a los piojos.

Recuerdo que los niños de mi época -me incluyo- a los pocos indígenas que llegaban a esta ciudad, en busca de mejores días, les gritabamos: “Indios come piojos”, (éramos crueles), pero, era verdad. Hoy, un calificativo asi, podría costarnos la cárcel. Como lo dije ya, en una carta -en la Ruta del Sol- era común ver a las madres, en las casitas junto a la carretera, sacar liendres y piojos a sus hijos.

Hay pueblos sucios y pueblos aseados a lo largo de ese largo recorrido de poblaciones pesqueras y de pescadores, no son todos piojosos, pero que los hay, los hay. No digamos en la Región Andina, donde los indígenas de los pocos y poblados rurales no tienen agua, ni duchas en sus casa típicas, al igual que en los suburbios de las ciudades costeñas y orientales.

Sin embargo, siendo muy mala la presencia de los piojos en los centros educativos, no se justifica que la “prohibición” de clases de la Alcaldesa, se lleve a rajatabla.

El COE cantonal, debería conversar con los Directores y propietarios de los establecimientos educativos públicos y privados, para tomar la mejor decisión, sin perjudicar a los educandos y a los establecimientos educativos particulares, que gran esfuerzo les ha costado, el crearse un nombre a lo largo de los años.

Esperemos, que las buenas acciones y no los piojos, sean los que gobiernen el futuro de la educación en el país.