El banquero del Gobierno es el FMI y ha dejado claro que no cree en el Ecuador a pesar de los créditos otorgados. Parecería una dicotomía, pero no es así. La pretensión de que el próximo régimen imponga un IVA del 15%, entre otras cargas impositivas, manifiesta su falta de confianza en la competencia del país para cumplir con sus obligaciones a través de un potencial crecimiento económico.
Quienes se han regocijado del supuesto apoyo del máximo organismo financiero internacional son más que nada gobiernistas con arraigados paradigmas académicos sometidos a oscuros intereses económicos. Es que ninguno de estos kikuyos jamás demandó de Carondelet un masivo recorte de gastos, una reducción de impuestos, un presupuesto base cero, la eliminación de subsidios, como tampoco una lucha frontal contra la corrupción. Dejaron que toda la inoperancia gubernamental se la carguen a una paupérrima sociedad y ahora con su silencio aplauden el despacho del ex ministro Martínez al BID, cuyo ilegal nombramiento incluye además un curso in extremis de Open English junto a Wachu y una inmerecida jubilación del tipo “paracaídas dorado”.
El país tiene pocas opciones, pero todas confluyen en un imperativo crecimiento económico y una pujante institucionalidad para generar la confianza que el mercado demanda para invertir con seguridad. De no lograrlo estaremos expuestos a nuevas renegociaciones con el FMI, la imposición de aún mayores tributos y en consecuencia a impensables niveles de convulsión política y generalizada conmoción social.
Esperemos que no diga que le deja la mesa servida a su sucesor.
Preguntas sencillas:
Cuanto debía el Estado a Mayo del 2017, y cuánto debe ahora?
Cuánto fue el PIB en el 2017 y cuánto ahora en el 2020?
La última frase de mi respuesta no la escribí yo! S
Se autorelleno
Confianza?, Crecimiento económico?, Son sueños de perro, lo que se viene es una debacle, por los malos manejos económicos y financieros del anterior gobierno, la incertidumbre política del actual, agravado ese cuadro trágico por la mal llamada pandemia, con el quédate en casa y la presencia en diciembre de las lluvias.
Tanta prohibición inicial, que desde luego dejaba libertad de acción a los malos gobiernos, para quedar finalmente en lo que debió ser desde el principio, que cada cual es responsable de su salud. Siendo obligación principal del gobierno ante el virus, tener buenos hospitales, dotados de medicamentos y médicos.
Ni confianza, ni crecimiento económico, estamos tocando con insistencia, las puertas de la miseria.