Guayaquil ha crecido. Ya no es el pueblito que hace 200 años reclamó su libertad, cuna aguerrida de valientes, justos y esforzados hombres y mujeres, que ya desde 1615, Don Felipe Guamán Poma de Ayala, noble Inca de Huánuco, veedor de estas tierras por orden del Rey Felipe III, describía en su manuscrito al Rey: “Nueva crónica y buen Gobierno”, que entre muchas otras cosas, describía a la gente que vivía en las ciudades de ese entonces.
Al describir a Guayaquil, dice:
“Y es de muy buen temple y tierra, muy mucha comida y riqueza de oro y pobre de plata, gente rica de ganado vacuno y asnal, y tiene muy honrados caballeros y soldados, vecinos, grandes servidores de Dios y de Su Majestad y cristianos, amigos de los pobres y de mucha caridad, amor de prójimos, así españoles, indios y negros de la dicha ciudad.”
“Y jamás han tenido sospechas de ellos, y no han tenido jueces, ni castigo, ni mentira, ni alzamientos, siempre han sido leales, y tienen Iglesias y Monasterios, y policía y cristiandad, donde los pobres se sustentan y aprovechan de ellos, como los que vienen de Castilla, gente fiel, y no son embusteros. Son bien criados y temen a Dios y su justicia, y se quieren como hermanos entre ellos.”
“Y así jamás se ha oído ni ha sonado que se levante testimonio a ningún cristiano. Y hace todo lo que debe hacer al servicio de Dios y de Su Majestad. Y entre ellos hay gente rica de hacienda, que todo lo gasta con los pobres, y así les da Dios todo lo que necesitan ellos, sus mujeres y sus hijos en esta dicha Ciudad de Guayaquil.”
Ese pueblo creció y su noble espíritu creció con ellos. Gente de trabajo, gente de esfuerzo, gente llena de amor a la vida y a sus semejantes, que llenaba su corazón con el amor y la solidaridad, para con sus compatriotas y con las personas que venían a buscar unirse y ser parte de esta gran metrópoli, que fue creciendo con gente de valor, venida de otros países y de otros continentes. Gente que venía a hacer fortuna, a trabajar, a demostrar que eran gente de trabajo y amor.
Siempre hay ovejitas negras en los rebaños, pero lo importante es que el grupo de guayaquileños siempre se ha destacado como gente trabajadora, gente generosa y cristiana, gente dispuesta a dar la mano y a ayudar a los demás.
¡Este es Guayaquil! Ciudad de oportunidades, para el que desea trabajar, para el que quiere surgir, el que no tiene cabida es el ocioso. Guayaquil no quiere sapos, avivatos, gente aprovechada que quiere vivir de los demás.
¡Guayaquil es la perla del Ecuador!
¿Cuál fue el primer pensamiento de los próceres del Nueve de Octubre? Formar, crear y abastecer el batallón para liberar Quito! Las primeras acciones de los libertadores, fueron: avisar a Cuenca y formar el Batallón para liberar Quito.