Los décimos sueldos fueron creados por el legislador para complementar el ingreso económico de aquellos en situación de dependencial laboral y con algún grado de vulnerabilidad. Sin embargo, quienes no contaban con un empleo formal fueron olvidados en su momento por el parlamentario. El salario mínimo adjudicado por ley pasaba entonces a tener un valor mayor que debía ser cubierto exclusivamente por el patrono. Esa mínima remuneración, adecuada o no, dio lugar a una mal denominada conquista laboral que en la actual legislación resulta imposible eliminar debido a la supuesta regresión de derechos. Pero, ¿derechos de quiénes?
La discusión parecería erradamente centrarse en la flexibilización del número total de horas laborables por día. Si bien aquellos que poseen un trabajo podrían sentirse mal remunerados, existen 5.5 millones de ecuatorianos que carecen de un vínculo laboral formal y permanecen al margen de las decisiones políticas adoptadas por quienes detentan el poder. ¿Dónde quedaron sus derechos?
La situación es gravemente compleja y no libre de debate. El proteccionismo seguirá pregonando derechos adquiridos y conquistas laborales que no se traducirán en nuevos trabajos. ¿Hay más empleo hoy que hace 13 años? Solo la apertura comercial y la libertad económica forzarán una mayor transparencia y desplazarán las trabas propias del tercermundismo. La eliminación del salario mínimo y la implantación de un arancel mínimo y universal son parte de la solución para proporcionar trabajo a las grandes mayorías.
*Datos pre pandemia